Los jóvenes de Afganistán conocían a Osama bin Laden como una figura poderosa y enigmática, pero ahora esa percepción sobre la imagen del líder de la red Al-Qaeda ha cambiado.
Los videos incautados en el operativo de las fuerzas especiales de Estados Unidos que concluyó con su muerte muestran a un hombre muy frágil, avejentado, con una barba blanca y viendo televisión.
“Después de ver el video me di cuenta de que no era tan poderoso o, por lo menos, tan poderoso como dice la gente”, opina uno de los habitantes de Afganistán.
Para las autoridades de Afganistán lo que muestra el video es más importante que el aspecto físico de un hombre:
“Estaba escondido y era el enemigo número uno, pero de alguna manera seguía en contacto. Lo que muestran estos videos es que seguía trabajando, no había cesado sus actividades”, considera Jawed Lodin, vicecanciller afgano.
La opinión de los ciudadanos afganos sobre Pakistán es la de un país en el que no se puede confiar y que trabaja contra ellos.
Las autoridades afganas afirman que desde hace años sabían que bin Laden se ocultaba en alguna ciudad de Pakistán y no en las montañas, como muchos pensaron.
“Nunca lo ibamos a encontrar en una cueva”, dijo Lodin.
Bin Laden fue abatido por tropas especiales de la Marina de EU en un complejo de la ciudad de Abbottabad en Pakistán.
Pese a la desconfianza generada, tanto Pakistán como Afganistán están conscientes de que deben mejorar sus relaciones como vecinos que son.