Una cosa es cantar sobre una moto, y otra es cantar sobre un unicornio. Pero ¿qué pasa cuando unes tu canción de una moto con tu canción de un unicornio? Se llama Highway Unicorn (Road to Love). Eso es ser un visionario del pop, según el portal de internet de la revista Rolling Stone.
Para Rolling Stone, publicación especializada en el mundo de la música, el nuevo disco de Lady Gaga amerita un análisis de sus canciones y de las intenciones de las mismas y los acordes que las acompañan.
Por eso, aseguran que Lady Gaga sabía que era hora de abrir paso a la locura, y lo hizo con todo: Born This Way es su estrategia de arena rock de los 80, con un estallido gótico y católico. Todo el disco suena como una secuela perdida de la banda sonora de Eddie and the Cruisers, una en la que Eddie es crucificado por los soldados romanos mientras Gaga está sentada bajo la cruz llorando y enviando mensajes obscenos al DJ.
Born This Way tiene todos los beats electrónicos y los coros de electro-disco que logró Fame Monster. Pero la sorpresa es la forma en la que Gaga saquea canciones de Bon Jovi, Pat Benatar y Eddie Mony de su juventud.
En los 80, el radio estaba lleno de niños católicos atormentados, desde Madonna hasta Springsteen. Gaga claramente creció con eso. Ella no rinde en su homenaje de Springsteen a The Edge of Glory sólo un solo de saxofón, sino que consiguió que el mismísimo Clarence Clemons lo tocara.
En todo Born This Way hay temas que le llegan al corazón: sexo, religión, autos grandes, su cabello. Ella canta en alemán, francés, español y en cualquier idioma ‘punktuoso’. Seduce a hombres, mujeres, deidades y presidentes muertos (“Pon tus manos sobre mí, John F. Kennedy”)… hasta rima. Y en Heavy Metal Lover, Gaga menciona la frase de ligue inmortal: “Quiero tu boca de whiskey en mi ‘sur’ rubio”.
Algunas canciones ya son familiares. En este punto ya tarareas las tirolesas de Judas mientras duermes. Pero los sencillos ganan resonancia en el disco, donde están rodeados de confusión psicosexual similar. Born This Way ofrece una imitación experta de Express Yourself de Madonna, pero ese no es el rasgo que más se asemeja a ella. Judas se lleva ese honor. Si pensaban que la angustia católica por Judas era el clímax, escuchen Bloody Mary, donde Gaga hace las estaciones de la Cruz con el bajo.
Lo que hace que Born This Way sea tan genial es que Gaga suena cálida y humana. No hay ni un solo momento del disco en el que la música no esté llena de detalles emocionales. La canción más amigable es You & I, su canción de amor para un chico de Nebraska. Ella la ha tocado en vivo, pero nadie sabía que dejaría que Mutt Lange le colocara percusiones We Will Rock You. Tampoco sabíamos que Brian May, de Queen, sería invitado a tocar la guitarra.
Todo ese exceso aumenta la emoción en la canción, sobre todo cuando Gaga grita que “sólo hay tres hombres a los que serviré toda la vida: mi papá, Nebraska y Jesucristo”. A Gaga le encantan las declaraciones fuertes por la misma razón que ama el pop dance y las guitarras de metal, porque las escucha como ecos de su corazón retorcido de rock and roll. Ese es el logro de Born This Way. Mientras más excesiva sea Gaga, más honesta suena.