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Si caminas por las calles de Beijing, es difícil evitar ver eslóganes rojos en las banquetas. Al prender la televisión en casa, casi todos los canales presentan un programa que se realiza en un escenario rojo.

Lo anterior es parte de una campaña nacional “roja” que China ha promovido durante varios meses como parte de los preparativos para el gran día rojo este 1° de julio. Este día, el Partido Comunista de China (PCC) celebra su 90° aniversario.

La campaña incluye desde sesiones improvisadas de canto de “canciones rojas” en las plazas de las ciudades hasta la publicación de historias personales de “estrellas rojas” en los periódicos chinos; de películas rojas en cines hasta paseos rojos en las ciudades de origen de ex líderes del partido.

La campaña se ha enfocado en sitios históricos de la revolución. Según la CCTV, desde 2004 se han gastado más de 8 billones de yuanes (alrededor de 1.200 millones de dólares) en el arreglo de lugares famosos como la ciudad natal de Mao Zedong y se alienta a miles de jóvenes profesionales para visitar estos sitios.

En Beijing, la preparación para este día fue es intensa. Un emblema gigantesco del Partido Comunista, el martillo y la hoz, fue erigido en el corazón de la Plaza Tiananmen. Muestras gigantes de flores del número 90 se encuentran en los cruces principales. Carteles que resaltan los logros del partido cuelgan en los puentes peatonales.

Campaña de las “canciones rojas”

El fervor actual en Chongqing se originó cuando Bo Xilai se convirtió en el dirigente del partido de la ciudad más grande de China. El municipio lanzó su campaña de la “canción roja” en junio de 2008 como parte del Movimiento de la Cultura Roja. Bo promovió 45 canciones rojas “por cualquier medio que fuera necesario”, esperando que reemplazaran a las canciones pop en los corazones de la gente.

Los “canciones rojas” se refieren a canciones prorrevolucionarias que fueron populares durante la revolución del país, así como en el periodo de reconstrucción y reforma, según la agencia de noticias Xinhua, la cual citó al profesor de música Fan Zhuyin.

Al poco tiempo, el movimiento de la canción roja dio un paso más en Chongqing. La televisora local suspendió todos los programas policíacos y telenovelas en horas de mayor audiencia para transmitir clásicos dramas y musicales revolucionarios.

No pasó mucho tiempo para que Chongqing, localizada en el suroeste, fuera apodada “tomate” o “Xi Hong Shi” en chino, lo cual se traduce como “ciudad roja occidental”.

Nostalgia

El gobierno central chino alabó este movimiento y lo describió como un ejemplo maravilloso, alentando a otras ciudades a seguir su ejemplo. Y lo hicieron. Más y más sesiones de canto y competencias rojas se están organizando en distintas partes de China.

“Yo cantaba estas canciones en el pasado, datan desde mi niñez”, comentó a CNN Lu Zhichun, de 62 años, en Beijing.

“Mis sentimientos hacia estas canciones no han cambiado para nada”. Lu y un grupo de ciudadanos de edad avanzada se reúnen en el Parque Jingshan en Beijing una vez por semana para cantar canciones rojas. Dicen que todas las canciones rojas les hacen sentir nostalgia.

“Al gobierno le gustaría ver la nostalgia de la época revolucionaria a través de canciones que pueda ser identificada por muchos, como un medio para fortalecer la cohesión social”, explicó Wenran Jiang, profesor asociado de la Universidad de Alberta en Canadá.

“Espera que la gente se una bajo temas comunes como construir una mejor sociedad, un país fuerte con el liderazgo del PCC durante varias décadas más”, dijo Jiang.

Recuerdos dolorosos

Pero para algunos chinos el movimiento de la cultura roja no es sólo otra campaña política del gobierno. La gran propaganda y entusiasmo trae muchos recuerdos dolorosos de la Revolución Cultural de Mao y la subsecuente violencia política donde decenas de miles murieron. El bloguero Kun Yun Shan Fang escribió recientemente: “Para mucha gente, el movimiento de la canción roja de hoy trae dolor y trauma, así como recuerdos de insensibilidad y locura que me recuerda nuestra juventud desperdiciada”.

La campaña roja ha generado un acalorado debate sobre el legado de Mao. El economista Mao Yushi, de 82 años, declaró en un artículo el mes pasado que Mao fue uno de los últimos grandes asesinos del siglo pasado y no debería ser referido como un dios por la gente china.

En respuesta, una página de Internet conservadora recaudó 50,000 firmas para solicitar que Mao Yushi fuera procesado y enviaron la solicitud a Congreso Nacional del Pueblo, el parlamento de China.

En conferencia de prensa, al ser cuestionado sobre si el florecimiento de las canciones rojas en todo el país indican un regreso ideológico al pasado, Wang Xiaohui, oficial del Comité Central del PCC, dijo que la fiebre de las canciones rojas no indican un cambio ideológico.

He Bing, profesor de derecho de la Universidad China de Ciencias Políticas y Leyes publicó un comentario crítico que ha circulado en toda la red china: “Son tiempos muy absurdos: te alientan a cantar canciones revolucionarias, pero no te alientan a que hagas una revolución; te alientan a ver la película “La fundación del Partido” pero no te alientan a crear un partido”.

“Se trata de un esfuerzo evidente del PCC para movilizar el apoyo popular de la sociedad china para el 90° aniversario. Pretende impulsar la legitimidad del PCC antes del próximo año cuando líderes más jóvenes y menos conocidos asuman el control en el Congreso”, dijo Wenfang Tang, profesor de la Universidad de Iowa.

“Lo que será interesante es ver cómo reaccionan las generaciones más jóvenes (nacidos después de 1980) a la campaña propagandística”, comentó Tang.

“Su actitud hacia el PCC es la clave para el futuro político de China”, agregó Tang.