El que fuera director de logística del cantante Michael Jackson, Alberto Álvarez, describió hoy la dramática escena que vivió en la habitación del cantante en sus últimos momentos.
Álvarez, el primer testigo en declarar en la tercera jornada del juicio por la muerte del “rey del pop”, fue una de las primeras personas que llegó al dormitorio del cantante cuando el doctor Conrad Murray alertó de que su paciente había tenido una “mala reacción”.
El testigo explicó que vio a Jackson sobre una cama boca arriba con los ojos y la boca abierta.
Álvarez aseguró que Murray comenzó a hacer masajes cardíacos a Jackson. Luego se detuvo y le ordenó que, antes de llamar al servicio de emergencia 9-1-1, metiera frascos de medicamentos en bolsas, así como un líquido de color blanco que colgaba de un gotero conectado a la pierna del artista.
La fiscalía argumenta que Murray abandonó “todos los principios del cuidado médico” al usar una improvisada vía intravenosa a Jackson para administrarle la droga propofol cada noche por más de 2 meses.
Murray, de 58 años, se declaró no culpable de los cargos y afrontaría una pena de hasta 4 años de cárcel si recibe una sentencia condenatoria.