Richelle Cooper, el médico que atendió a Michael Jackson en la sala de emergencia del hospital Ronald Reagan de Los Ángeles, testificó que el cantante estaba “clinicamente muerto” al momento en que ingresó al centro asistencial.
Cooper fue el decimotercer testigo que compareció en el cuarto día del juicio contra Conrad Murray el médico de cabecera del fallecido “rey del pop”.
Los fiscales argumentan que Murray es responsable de la muerte del cantante por negligencia médica y su supuesto imprudente uso del anestesico propofol para inducir el sueño a Jackson.
Jackson perdió la vida el 25 de junio de 2009 debido a una sobredosis de medicamentos, en particular de propofol.
Murray, quien se declaró no culpable, podría pasar hasta 4 años en la cárcel en caso de ser condenado.