Por Alejandro Ángeles
Nota del editor: Alejandro Ángeles es editor adjunto de la revista Quién de Grupo Expansión. Fue productor de los canales Mundo y Tecnología de CNNMéxico. Ha cubierto negocios y el mercado de las tecnologías de información por más de 10 años.
Steve Jobs ofreció incontables conferencias y muy pocas entrevistas. Pude verlo en algunas de las presentaciones que dio, en los famosos MacWorld, los foros que Apple realiza cada año, tanto en Nueva York como en San Francisco.
Me tocó ver un poco del deterioro en la salud del padre de Apple: del bonachón, robusto y guapo showman de fines de 1990 y los primeros años del nuevo milenio, al delgado, demacrado pero todavía entusiasta Jobs de principios de esta década.
Si Gabriel García Márquez nos contó de muertes anunciadas, la de Jobs no sólo estaba anunciada, estaba programada. Así que no hubo sorpresa, pero sí dolor, para muchos, en su entorno, claro, y en el mundo que él creó, con las legiones que le siguen viendo como una especie de oráculo.
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