El gobierno de Perú sacó de sus cargos a 30 de 55 generales de la Policía Nacional, en la mayor purga en la historia de esa institución en el país.
El retiro forzado, anunciado en la Gaceta Oficial el fin de semana, se considera un intento del presidente Ollanta Humala de combatir la corrupción.
Entre los generales que tuvieron que renunciar está el jefe de la Policía Nacional. El nuevo responsable es Raúl Salazar, quien en su discurso al asumir el cargo repitió más de seis veces la necesidad de combatir la corrupción.
“Debemos destapar cualquier acto de corrupción que manche el nombre de la policía. Desde el más pequeño hasta el más importante, no importa, da lo mismo si un sol (la moneda de Perú) o más son robados”, dijo.
En una entrevista con la cadena de televisión estatal el martes, Salazar dijo que el combate contra el narcotráfico seguirá siendo una prioridad.
Estos cambios implican que, hasta que nombren los nuevos generales, muchas regiones de Perú, incluidas algunas del interior del país, estarán dirigidas por coroneles, algo que la oposición ha criticado.
Los críticos también argumentan que la medida es una táctica de Humala para situar a comandantes leales a él en puestos clave.
Su ministro del interior, Óscar Valdes, declaró que estos retiros eran parte de una reorganización, informó la agencia estatal de noticias Andina.
“Es una medida estudiada, es una reingeniería de la policía”, dijo. “No es posible que la policía tenga tantos generales”.
Antes de la purga, la policía tenía 55 generales, 900 coroneles y más de 2.000 comandantes, detalló.