(CNN) — Después de conducir durante siete horas su Chevy Impala, Cliff Roberts no se preocupó demasiado cuando empezó a sentir dormidas las piernas. Le punzaban y estaban ligeramente entumecidas.
“Probablemente no saliste del automóvil lo suficiente”, recuerda Patti Roberts que le dijo a su esposo ese día de 2007.
Posteriormente en esa semana, el entumecimiento de las piernas de Cliff todavía iba y venía. Patti vio el Show de Oprah Winfrey y eso eventualmente le ayudó a salvar la vida de su esposo.
Con la información ilimitada disponible al hacer clic en el control remoto del televisor o en el mouse de la computadora, los pacientes como Patti y Cliff llegan a confiar en estos medios como si se tratara de un médico.
A la mañana siguiente, después de que los dos hijos de la pareja se fueron a la escuela, Patti y Cliff pensaron aprovechar de una forma romántica su casa vacía. Pero por primera vez en más de 20 años juntos, Cliff no pudo responder.
Entonces Patti se acordó de algo. El día anterior, el médico Mehmet Oz habló en el programa de Oprah sobre los síntomas que preceden a un ataque cardiaco; uno de los cuales era la disfunción eréctil, ya que disminuía el flujo de sangre.
No era raro que Cliff tuviera indigestión, y la pareja previamente no hizo caso de la presión que sintió en el abdomen; otra señal de que un ataque cardiaco podría ser inminente.
“Hay mucha información útil que la gente obtiene de la televisión”, dice la médico Sharon Horesh Bergquist y profesora de Medicina en la Universidad Emory. “Pero (las personalidades de la televisión) pueden tener tanta influencia en los pacientes, que algunas veces (los pacientes) solicitarán pruebas que tal vez no necesariamente les beneficien”.
Lo mismo pasa con el internet.
El término “Cibercondría” —una especie de hipocondría en la era digital— se rechaza en todas partes desde principios y mediados de los años 2000, cuando se popularizó buscar los síntomas en línea.
“El ‘médico Google’ en verdad me envía una gran cantidad de recomendados”, bromea Bergquist. “Muchos de mis pacientes investigan de forma preliminar, y se asustan con algo que leen. Asisten al médico por algo por lo que inicialmente no irían”.
Eso es lo que les preocupaba a Patti y a Cliff mientras hablaban con los paramédicos en su casa.
Pero Cliff estuvo de acuerdo en ir al hospital, a pesar de que el resultado del electrocardiograma era perfecto y la presión arterial era ligeramente alta.
“Parte de mí pensaba que tal vez era una reacción exagerada”, dice Patti.
A la 1 de la tarde del día siguiente, el médico de la sala de emergencia le dijo a Cliff que era afortunado por no haber tenido un ataque cardiaco. Su arteria coronaria principal izquierda, a menudo llamada la generadora de viudas, estaba un 90% bloqueada.
“Es el destino. Estaba destinado que escuchara eso. Por supuesto, hay otras millones de personas que lo escucharon y no piensan nada sobre eso. Pero (Patti) necesitaba escuchar el mensaje. Y de alguna manera se aferró a él”, dice Oz a CNN.
Todavía necesitamos al médico
Los pacientes que tienen un papel activo en su cuidado, el cual puede incluir que buscan en línea los síntomas, tienen mejores resultados de salud, dice Bergquist. Sin embargo, dice que es importante recordar: que mientras más común sea el síntoma, es más probable que exista un diagnóstico erróneo.
Por ejemplo, algo tan general como la tos pude ser desde un resfriado benigno hasta cáncer de pulmón.
La cibercondría ocurre cuando la gente concluye inmediatamente el peor escenario posible.
“Los médicos pueden añadir la perspectiva y el conocimiento al reunir los síntomas en términos del historial del paciente”, dice.
Por otra parte, buscar los síntomas más raros puede producir menos diagnósticos. “Algunas veces eso puede ofrecer más ayuda que la que puede dar un médico”.
Gracias a internet, uno de los pacientes de Bergquist descubrió que su contusión cerebral era un efecto secundario de la serotonina que se usa para tratar la depresión y la ansiedad. “No estaba consciente de que podría tener ser un posible efecto secundario (…) y desde entonces me llamó la atención, se lo puedo decir a otros pacientes”, dice Berquist.
A pesar de que Cliff y Patti ahora acuden inmediatamente a internet o a la televisión, saben que no pueden sustituir la relación con un médico. Pero la red y el médico pueden complementarse.
La apuesta más segura es mantenerse en los sitios web legítimos, dice Bergquist. “Como regla general, cualquier página web que termina en .gov o en .edu ofrecen información confiable”, dice, y señala que el médico juega un papel vital en la búsqueda de un diagnóstico preciso.
Si se utilizan correctamente, el internet y la televisión te pueden convertir en un paciente con más conocimientos, con más poder, y quizá incluso te salven la vida.