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WASHINGTON (CNN) — El hombre de Idaho al que se acusó de intentar asesinar al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, al disparar hacia la Casa Blanca dijo a los agentes del orden público después de su arresto que había sido asaltado en su auto con un arma de fuego el día del crimen, y que su agresor debe de ser el responsable de los disparos, según un nuevo documento de los fiscales.

Oscar Ortega-Hernández presuntamente dijo a los oficiales que nunca había tenido un arma de fuego. También dijo que el robo de auto ocurrió a las 15:00 horas, frente a un restaurante en Washington, donde el hombre tomó su coche y su cartera.

El Gobierno dice que Ortega mintió y que imágenes de vigilancia mostrarán que estaba de compras en una tienda en Fairfax, Virginia, unas dos horas más tarde.

El documento afirma que “el análisis de balística preliminar muestra que dos balas y un casquillo de una bala que se recuperaron de la Casa Blanca fueron disparados desde el rifle de asalto semi-automático recuperado del auto de Ortega Hernández”.

El documento dice que un total de “cinco puntos de impactos de bala confirmados” se encuentran en el lado sur de la Casa Blanca. Una de las balas recuperadas se encuentra en el marco de una ventana en el balcón Truman.

Según los fiscales, Ortega, de 21 años, disparó un rifle de asalto de fabricación rumana por la ventana de su coche a las 21:00 horas del 11 de noviembre. Después de disparar, Ortega supuestamente salió a toda velocidad hacia un puente que conduce a los suburbios de Virginia, pero se estrelló con su vehículo y huyó a pie.

El documento de la corte dice que las huellas dactilares de Ortega se encuentran en cargadores de munición que fueron encontrados en un Honda 1998, y que sus huellas también están en el interior del coche, junto con el rifle.

El documento señala que dos testigos de Idaho confirmaron que el rifle dejado en el coche pertenecía a Ortega, a pesar de sus declaraciones a los oficiales respecto a que no era dueño de un arma de fuego. Uno de los testigos dijo a los investigadores que vendió el arma a Ortega en marzo por 550 dólares. Otro testigo dijo que Ortega compró más de 1,200 cartuchos de munición para el arma.

La información está contenida en un documento en el que los fiscales argumentan que Ortega es peligroso, que planeó su presunto delito en un periodo de varios meses, y que no debe ser puesto en libertad bajo fianza.

Ortega estará en una corte de Washington el viernes para una audiencia sobre si debe someterse a pruebas mentales, para determinar si es apto para ser juzgado. Hasta el momento ha sido entrevistado durante 50 minutos por un psicólogo, quien dijo que es competente.

En una denuncia penal emitida antes, varios testigos no identificados fueron citados diciendo que Ortega se veía a sí mismo como Jesucristo y a Obama como el diablo. Esta nueva presentación incluye una referencia a una mujer identificada solamente como “Testigo 10”. Ella supuestamente dijo a los investigadores que Ortega pensaba que era el “elegido” para “encargarse” de Obama y que ella pensó que eso significaba que quería matar al mandatario.