(CNN) — Una bebé de un año cuyo caso fue seguido en CNN murió este martes tras una lucha de siete meses contra el cáncer.
La historia de la niña Saoirse Craig Fitzgerald y su madre Kezia Fitzgerald llamó la atención cuando ambas fueron diagnosticadas con distintos tipos de cáncer con una diferencia de cinco meses entre una y otra.
Poco después de que Kezia supo que tenía linfoma de Hodgkin, su hija fue diagnosticada en mayo con un neuroblastoma, un tipo de cáncer que destruye el sistema nervioso al convertir las células nerviosas en tumores. El cáncer es dividido en etapas para indicar su expansión y Saoirse tenía el nivel 4, el máximo que puede alcanzar la enfermedad. Kezia tenía un nivel 3, y se encuentra ahora en remisión.
Saoirse era una niña curiosa y juguetona que amaba acariciar al perro de la familia, Fallon, junto a sus padres, y ver Plaza Sésamo.
El cáncer que tenía, el neuroblastoma, se desarrolla desde tejidos que controlan funciones vitales del cuerpo, como los latidos del corazón, la presión arterial, la digestión y las hormonas, de acuerdo con la Librería Nacional de Medicina de EU. No está claro qué causa el neuroblastoma, pero los investigadores creen que una mutación genética contribuye a que ocurra durante el embarazo o poco después del nacimiento.
“Esto me robó a mi hija”, aseguró su padre, Mike Fitzgerald. “Nunca podrá quitar nada de lo que significaba”, dijo.
A pesar de los agresivos tratamientos, el neuroblastoma regresaba aparentemente más fuerte en cada ocasión.
Saoirse resistió ocho rondas de quimioterapia, varias de las cuales duraban días. Aguantó además productos químicos y una cirugía que removió sus glándulas suprarrenales. No hizo más que lo que una niña de un año hace, sonreír, saludar al personal del hospital y perseguir a sus padres.
En noviembre, la familia recibió más malas noticias. El cáncer de Saoirse regresó después de la cirugía, esta vez en su cráneo. Casi una semana después, su hígado se agrandó y encogió porque el cáncer había cubierto el órgano.
Su respiración se volvió entrecortada. No podía dormir porque tenía que estar despierta para respirar.
“Era entrecortada y violenta en las últimas horas”, dijo su padre. “Estaba respirando entre 60 y 90 veces por minuto. Toda su energía era gastada en respirar. Había una gran cantidad de gruñidos. Fue un proceso violento”, agregó.
Sus padres pusieron caricaturas de Plaza Sésamo para tranquilizarla. Al mirar las imágenes en la iPad, balbuceó “Elmo”.
Los doctores se prepararon para un riesgoso procedimiento de entubamiento, con la esperanza de que un tubo de respiración la ayudara.
Mike Fitzgerald gruñó junto a su hija y murmuró a su oído: “Estás a salvo, está bien, relájate. Ve a dormir. Los doctores te van a cuidar. Mami y papi están aquí”.
Sus ojos estaban hinchados, peo hizo contacto visual con su mamá y su papá.
A las 6:47 de la mañana del martes, Saoirse murió.
Su funeral será este sábado. Aquí la página de Facebook y el blog de su familia.