Por Danna Gresh*
(CNN) — Estudios recientes revelan que entre estudiantes universitarios hay más vírgenes que hace unos años.
El 29% de las mujeres y el 27% de los hombres estadounidenses de entre 15 y 24 años de edad dijeron ser vírgenes en 2011, por encima del 22% de ambos sexos en 2002, de acuerdo a los Centros de Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC).
Pero entre los estudiantes universitarios que no se están absteniendo, hay mayor frecuencia de encuentros sexuales gracias a las citas informales. Según un estudio reciente de la Universidad de Stanford, más de la mitad de los estudiantes universitarios sigue teniendo sexo, con un promedio de 9,7 parejas sexuales para hombres y 7,1 para mujeres.
Ahora tenemos más información científica sobre el sexo casual que la que tuvieron nuestros padres cuando viajaban a Woodstock y Avándaro en sus combis por su dosis de revolución sexual.
“Emma quiere una relación sin la relación. Ella sólo quiere el sexo”, dijo la actriz Natalie Portman acerca de su papel en la película Sin compromiso. “Estoy cansada de ver chicas que todo el tiempo quieren casarse y es lo único que les interesa. Creo que hay una visión más amplia sobre cómo las mujeres pueden conducir sus vidas y lo que quieren”.
La cultura de las citas hoy en día encontró una receta para eliminar la inconveniencia de las emociones: amigos con derechos. Pero científicamente, es imposible debido a lo que los neurólogos llaman el sistema límbico profundo, una masa del tamaño de una nuez en el cerebro.
El sistema límbico profundo almacena y clasifica los olores, la música, los símbolos y la memoria. En otras palabras, es el lugar para el romance, capaz de procesar la fragancia de una colonia en el cuello de tu amante, una lista de canciones en particular en tu iPod o el aroma de unas rosas rojas.
Los químicos del cerebro asociados con el romance y el sexo inundan el sistema límbico profundo durante una amplia variedad de experiencias sexuales, según un estudio del Instituto Médico para la Salud Sexual estadounidense.
Tomarse de la mano, abrazarse, un masaje suave, y de forma más poderosa el acto de tener relaciones sexuales, trabajan juntos para crear un coctel de químicos que graba profundamente esas experiencias en el centro de emociones de tu cerebro. Es por eso que recordamos tan claramente las experiencias e imágenes sexuales.
La dopamina es uno de los neuroquímicos críticos liberados durante el sexo. Te hace sentir bien, crea una sensación placentera y de paz. En cualquier momento que tu cuerpo experimenta placer, ya sea para bien hacer ejercicio o por tomar metanfetaminas, el sistema límbico se inunda con dopamina.
En esencia, es un químico de ansiedad. Hace que quieras más. Crea una adicción. La dopamina te encariña emocionalmente con la fuente de placer.
Otra hormona sexual crítica es la oxitocina, el tema de libros recientes como La química de la conexión: Cómo la respuesta de la oxitocina puede ayudarte a encontrar confianza, intimidad y amor. El químico es liberado durante la expresión sexual. Una pequeña dosis durante el contacto íntimo cuerpo a cuerpo; una cantidad mucho mayor es liberada durante el orgasmo.
De hecho, la única otra forma que la oxitocina es liberada en la misma cantidad que en el orgasmo es cuando una madre amamanta a su bebé. La madre siente su liberación y se encariña con su hijo, y el cerebro del bebé aprende por primera vez a entrar en una relación a través de una conexión. La función del químico es crear un vínculo de por vida.
En resumidas cuentas, en ocasiones te vuelves adicto o te encariñas con la gente con la que tienes sexo, incluso si sólo son amigos.
“Algunas personas salen con la misma persona muchas veces pero no lo llaman una relación”, dice la investigadora Paula England, de la Universidad de Stanford. “Quizá estas personas no están tan alejadas de sus ‘amigos’ como lo quisieran pensar”, agrega.
No hay nada biológicamente breve en una cita.
*Nota del editor: Danna Gresh es autora de What are you waiting for? The one thing no one ever tells you about sex (¿Qué es lo que estás esperando?; lo que nadie te dijo sobre el sexo).