(CNN) — Estados Unidos y Afganistán firmaron un histórico acuerdo el domingo que permite a las autoridades afganas vetar cualquier operación especial de redadas que sea controvertida.
El trato, una apuesta por terminar con el enojo de Afganistán por las revisiones a residencias privadas, previene a las tropas de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad de la OTAN de llevar a cabo dichos operativos sin el permiso explícito de los funcionarios afganos, dijo un miembro de la OTAN.
A partir de ahora, un grupo de monitores afgano deberá autorizar la operación, dijo un funcionario.
En tanto, las fuerzas especiales operarán bajo la ley de Afganistán, según un comunicado del palacio presidencial.
El comandante de la ISAF, el general John Allen, y el ministro de Defensa afgano, Abdul Rahim Wardak, firmaron el acuerdo este domingo.
“La unidad de operaciones especiales afgana se ha desarrollado a una velocidad extraordinaria” y “está compuesta por operadores valientes y capaces”, dijo Allen en la ceremonia. “Hoy tomamos un paso importante hacia nuestra meta compartida de un Afganistán seguro y soberano. Juntos lograremos esta visión”.
El acuerdo clave llega después de meses de recriminaciones en contra de estas redadas, particularmente durante la noche, que ofendían profundamente a los afganos, pues implicaba la entrada de extranjeros a sus casas.
Funcionarios estadounidenses dicen que las redadas son fundamentales para la estrategia de la OTAN contra los insurgentes.
El complejo sistema “afganizará” las operaciones y los comandantes afganos liderarán y darán a las fuerzas especiales de EU un rol “de entrenamiento y soporte”, dijo un alto funcionario afgano.
Según el acuerdo, un comité de funcionarios y afganos —que será conocido como Grupo de Coordinación Operativa— revisará la estrategia de inteligencia de EU antes de lanzar una redada.
Si el objetivo es aprobado, dará autoridad para la operación bajo las leyes afganas, dijo el funcionario.
Aunque las fuerzas especiales estadounidenses estarán en el terreno en todos los operativos, no entrarán a las casas a menos que los comandos afganos lo pidan, señaló un funcionario de la OTAN.
Desde febrero de 2011, 22% de las redadas han ocurrido por la noche, dijo.
Además, se implementará un grupo bilateral encabezado por Wardak y Allen que resolverá disputas en el comité.
Las conversaciones sobre este acuerdo llevan semanas, pues esta era uno de los asuntos más difíciles a tratar entre Kabul y Washington.
Las redadas nocturnas también representan un reto para el presidente Hamid Karzai. Su baja popularidad lo ha forzado a demandar un freno a estas operaciones, o al menos a no involucrar a tropas extranjeras, a pesar del significado estratégico que tienen para la OTAN.
El mes pasado, Allen explicó al congreso la importancia de estas redadas.
En el 2011, 83% de los operativos fueron exitosos para detener o abatir a su principal objetivo o a algún insurgente relacionado, dijo.
“En el último año, hemos tenido unas 2.200 operaciones nocturnas”, dijo Allen al Comité de Servicios Armados del Senado.
“De esas 2.200, en el 90% no hubo un solo tiro. En más del 50% atrapamos a un objetivo individual, y en el 30% detuvimos a otro implicado”.
Respecto a las bajas civiles, en el 10% de las redadas donde hubo disparos, en “menos del 1,5%” muró un civil, dijo Allen.