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Por Rick Morris 

Nota del editor: Este 31 de mayo es Día Mundial sin Tabaco. Según la OMS, hasta 1.000 millones de personas podrían morir por esta adicción en el siglo XXI.

(CNN) – Hace dos meses dejé de fumar. Estaba preocupado por mi salud, tenía presión arterial alta y mi médico, como todos mis conocidos, me alentaba a dejarlo. Ahora que he vivido sin tabaco durante dos meses, 63 días para ser exactos, he notado 10 cambios positivos en mi vida que se relacionan directamente con la falta de esos químicos tóxicos que estuvieron conmigo los pasados 12 años.

Así que pensé en hacer una lista de esos 10 cambios y explicar cómo afecta cada uno:

No más tos crónica

Todos los fumadores conocen lo que es la tos del fumador. No me había percatado de lo molesto que era esto hasta que dejé de toser del todo. Después de la primera semana de estar libre de tabaco noté que no tenía que aclararme la garganta constantemente.

Recuerdo que en muchas ocasiones, durante una función o una junta, necesitaba desesperadamente toser. Pero no podía porque interrumpiría a las personas que me rodeaban y sería grosero. Se siente como si tuvieras un insecto en la garganta, sin tocarte, simplemente dejando seca toda el área entre tu lengua y tu estómago, y no puedes hacer nada para remediarlo.

El molesto olor

No sabía cuán mal olía hasta que me rodeé de otros fumadores. Su ropa, su casa, su auto, ¡incluso sus mascotas apestan!

Aproximadamente una semana después de fumar mi última tira de cáncer mi hija y su novio, un fumador, llegaron de visita. Su perro siempre se las ingenia para escabullirse por la puerta y ser el primero en entrar. Y sí, definitivamente pude percibir el olor a cigarro que emanaba del perro.

No limpiar más colillas

Juraría que las colillas de cigarro se multiplicaban sin darme cuenta. Alguna vez puse un contenedor de colillas en el patio de atrás e inicialmente se usó como estaba destinado. Sin embargo, muy pronto me volví muy perezoso como para bajar las escaleras y dirigirme al patio trasero donde se encontraba el contenedor y simplemente empecé a lanzar las colillas al jardín, cerca del contenedor, como si jugara a encestar bolas. Cabe señalar que rara vez le atinaba. Eventualmente quedaban esparcidas por todas partes. Así que esperaba al fin de semana para limpiarlas con la aspiradora de hojas. ¡Era muy desagradable!

Gastarás 200 dólares menos  al mes

En realidad ese dinero extra casi me pasaba desapercibido ya que puedo fácilmente gastármelo en una noche haciendo una parrillada. Amo el filete mignon, el cangrejo de Alaska y las más finas cervezas belgas. Así que no tomo esto como un beneficio real por dejar de fumar.

Aunque no represente un gasto significativo en tu economía diaria, puede serlo a largo plazo. Un fumador gasta en promedio 200 dólares en cigarros cada mes, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Esto sin tomar en cuenta posibles aumentos a la cajetilla de cigarros que actualmente tiene un precio de 6 dólares y hasta 11 dólares en otras partes de EE.UU.

Mejorará tu productividad

Claro que todos necesitamos uno o dos recesos a lo largo del día de trabajo. Pero me di cuenta que yo tomaba cerca de 20 recesos de 5 minutos cada uno. Con toda honestidad, para cada uno me tomaba unos 10 minutos. Cerca de dos tercios de mis recesos eran mientras estaba en la oficina (tengo una compañía dedicada al desarrollo web y está montada en mi casa). Así que son cerca de 2 horas perdidas en recesos y no aplicadas al trabajo.

La comida te sabe mucho mejor

No sé si tenga que ver con que tu boca está mucho más limpia, pero la comida simplemente sabe mejor. También dejé de comer tanta sal.

Escuché muchas veces que si uno deja de fumar empiezas a ganar peso, pero yo disuadiría a la gente de usar esa excusa como un argumento para seguir fumando.

No fumar o No fumar

Creo que fue la industria aérea quien acuñó la frase: “No fumar o no fumar?”. ¡Hoy en día es absurdo pensar que alguna vez fumamos durante los vuelos internacionales dentro de un 747! Contrario a la Época Dorada de las décadas de los 20 y 30 cuando fumar era un pasatiempo de la clase alta, hoy en día el mundo en el que viven los fumadores es poco amigable.

Desde que las aerolíneas dejaron de hacer esa pregunta redundante, el cigarrillo ha sido eliminado de prácticamente todos los espacios públicos. Restaurantes, teatros incluso los bares y establecimientos como clubes nocturnos son áreas libres de humo hoy en día. Y los parques ya también son zona libre de humo, al menos en Nueva York.

No más lentes secos y pegajosos

Fumar hace que los lentes se sequen, se empieza a ver borroso y constantemente está uno tallándose los ojos. Eventualmente llegarás a un punto en el que debas quitarte los lentes de contacto.

Yo utilizo lentes de contacto desechables y sólo tenía que ponerme un nuevo par de lentes. Pero el costo de aproximadamente 2 dólares por lente estaba ya pesándome. ¿Cómo resolver este molesto problema? ¡Dejando de fumar!

Una mejor apariencia física

En el par de meses que llevo sin fumar puedo decir que mi apariencia física general ha mejorado.

Mi piel ya no está seca y arrugada; las áreas en dónde tenía el pelo ya canoso están recobrando el tono marrón. Mi confianza al momento de hablar cara a cara con alguien más no se ve mermada por el deseo de voltearme un poco por temor a tener aliento de fumador.

Adiós a los dientes amarillos

Sin importar cuán vigorosamente cepillara o enjuagara mis dientes con productos ‘blanquadores’, era prácticamente imposible tener una dentadura completamente blanca.

“Es porque fumas”, decía mi dentista. “A menos que hagas algo al respecto, tu salud bucal continuará deteriorándose, afectando a la larga tu salud en general”.

La mala salud bucal puede originar serios efectos negativos en todo tu cuerpo. Ayer me hice una limpieza dental, y planeo conservar mis dientes blancos y saludables de ahora en adelante.