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(CNN) — Soy extremadamente afortunado.

Mi hijo, Claiborne, nacerá justo antes del Día del Padre de este año. Su nacimiento me motivó a hacerme una revisión médica anual hace seis meses, un chequeo que había estado evitando por tres años.

Cuando mi médico, Kenneth Kennedy, me preguntó si deseaba realizarme una prueba de antígeno prostático específico (un examen rutinario para detectar cáncer de próstata) le dije que sí, a pesar de que costaba unos 150 dólares extras.

La Agencia de Servicios Preventivos de Estados Unidos no recomienda someterse a exámenes rutinarios para la detección del cáncer de próstata. El debate sobre la necesidad de estas pruebas aún está vigente entre laboratorios y médicos del país.

A pesar de la controversia, un buen amigo mío que también es médico, me recomendó checar cada año mis niveles de antígeno prostático específico (PSA por sus siglas en inglés), después de los 40. Cree que aún hay muchos hombres en sus 40 a los que se les puede diagnosticar tempranamente y que si los programas de salud incluyeran las pruebas al inicio de su cuarta década de vida, deberían de hacerse a pesar de los lineamientos gubernamentales o del historial familiar sobre el cáncer.

Los resultados de mi prueba PSA fueron más altos de lo normal, no precisamente indicando la presencia de cáncer pero sí sugiriendo que debía practicarme una biopsia, lo cual hice inmediatamente.

Era un día normal de trabajo cuando recibí la llamada del médico Haden Lafaye. Intenté bromear con él sobre su loción para después de afeitar tipo Hai Karate, pero mi médico cortó en seco la broma: los resultados de mi biopsia habían resultado positivos para cáncer de próstata de alto riesgo.

Soy un hombre de 47 años, esposo, padre de un hijo y con otro niño en camino, los resultados fueron una total sorpresa. No tenía síntomas y hasta este punto pensé estar tan sano como un caballo.

¿Cómo iba a decirle a mi esposa embarazada que tenía cáncer de próstata?

Después de exámenes, muestras de sangre y resonancias magnéticas mi urólogo, el médico Surena Matin, me informó que el cáncer estaba localizado así que programamos mi prostatectomía da Vinci, un tratamiento poco invasivo para cáncer de próstata, donde el cirujano opera un robot para quitar la próstata.

El increíble equipo médico que me atendió diagnosticó el cáncer en una etapa tan temprana e hicieron tan excelente trabajo al quitarme la próstata que no fue necesario que siguiera ningún otro tratamiento adicional para el cáncer. Sin radiación. Sin terapia de hormonas. Estaba libre de cáncer.

Estaba impactado.

Este Día del Padre invito a los demás papás a realizarse un chequeo médico anual. Los papás que yo conozco siempre están ahí para sus familias, algunas veces a expensas de su propia salud.

A los hombres que conozco no les gusta hablar sobre médicos y chequeos, especialmente cuando se trata de una enfermedad que puede afectar profundamente su masculinidad. Espero que al compartir mi historia pueda cambiar la percepción sobre el cáncer de próstata y hacer hincapié en que sólo nosotros somos responsables de nuestro bienestar.

En mi caso, si no hubiera visitado a mi médico hace seis meses para una revisión anual, creo que no hubiera tenido la oportunidad de pasar muchos Días del Padre en compañía de mi hermosa familia y mi nuevo hijo.