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CHICAGO (CNN) — Los pacientes que batallan contra algún tipo de cáncer de piel, pulmón y riñón podrían beneficiarse de un nuevo tratamiento, que refuerza e impulsa el sistema inmune de los pacientes para reducir los tumores. Esto en caso de que las investigaciones tempranas sean exitosas.

Dos estudios subrayados por investigaciones tempranas sugieren una forma de ayudar a las células T (los guerreros del sistema inmune del paciente que luchan contra el cáncer o alguna infección) a hacer su trabajo. En un estudio, un medicamento experimental ayudó a reducir los tumores hasta en un cuarto de su tamaño en pacientes con distintos tipos de cáncer.

En otro estudio, los resultados mostraron que del 6% a 17% de los pacientes que tomaron otro medicamento experimental presentaron una significante reducción de sus tumores.

Ambos estudios, que serán presentados en la reunión anual de American Society of Clinical Oncology (ASCO) en Chicago y publicados en la revista New England Journal of Medicine el sábado, explican que cuando dos moléculas en particular se presentan, hacen inservibles a las células T.

Las células T cazan a las células cancerígenas y las destruyen. Sin embargo, después de un tiempo, estas células pueden empezar a emitir una molécula llamada PD-1, que las atrae a otra molécula encontrada en los tumores llamada PD-LI, explica la médico Suzanne Topalian, autora principal de uno de los estudios.

Cuando esas dos moléculas se encuentran, pueden hacer inservible al ejército de células T. Eso es porque cuando las moléculas de PD-1 y PD-L1 se conectan, “crea un escudo protector que protege al tumor de los ataques inmunológicos… las células T se apagarán”, dice Topalian, directora del programa de melanoma en el Centro de Cáncer Sidney Kimmel Comprehensive de Hopkins.

En el primer estudio, los investigadores usaron un medicamento experimental, con el nombre de trabajo de BMS-936558, que es un anticuerpo que bloquea la molécula PD-1. “Funciona para rescatar células T exhaustas y aumentar la inmunidad antitumor”, dijo Topalian.

Cerca de 300 pacientes con melanoma avanzado (una forma mortal de cáncer de piel), cáncer colorrectal, de pulmón, próstata y de riñón participaron en la fase uno de los ensayos clínicos de prueba, diseñados para probar si el medicamento es seguro. Todos estos pacientes habían fracasado de uno a cinco tratamientos previos de tratamiento para cáncer.

Efectos secundarios

A los pacientes se les suministró este nuevo medicamento una vez cada dos semanas durante ocho semanas. Si después de la primera dosis su cáncer continuaba creciendo o se enfermaban, se suspendía la prueba. El 14% de los pacientes a prueba tuvieron efectos secundarios serios y 5% de los pacientes abandonaron el ensayo clínico por los efectos secundarios.

Tres pacientes murieron por complicaciones derivadas de este tratamiento. Dos pacientes con cáncer de pulmón y uno con cáncer de colon desarrollaron una grave inflamación pulmonar llamada neumonitis.

Topalian dice que en el transcurso del estudio, los investigadores aprendieron a identificar mejor quiénes corrían riesgo de presentar efectos secundarios y también encontraron mejores formas de detectar problemas de manera temprana y tratarlos de forma más efectiva.

Los resultados concluyen que para los pacientes restantes que fueron tratados y que se hicieron un chequeo durante un mínimo de seis meses, el medicamento parece funcionar bien en pacientes con melanoma, cáncer de pulmón y de riñón.

El 26% de los pacientes con cáncer de piel, presentaron una reducción significativa del tumor o su desaparición completa. Entre los pacientes con cáncer de pulmón, en quienes no parecía funcionar la inmunoterapia, el 18% presentó una regresión parcial o tal sus tumores. El 27% de los pacientes con cáncer de riñón vieron una significativa reducción de sus tumores.

El medicamento no pareció ayudar a los pacientes con cáncer de próstata y colon.

Los expertos, incluidos los autores del estudio, son cautelosamente optimistas sobre los resultados, aunque saben que se necesitan estudios mucho más grandes para confirmar la efectividad de este nuevo medicamento.

“Esto es sorprendente para cáncer renal (de riñón)”, dice el médico Nicholas Vogelzang, un especialista en cáncer de próstata y de riñón en el Comprehensive Cancer Centers en Nevada, y vocero de ASCO.

El médico Mark Kris, experto en cáncer de pulmón en Memorial Sloan-Kettering Cancer Center en Nueva York, que estuvo involucrado en parte de la investigación, dice que los medicamentos aprobados para cáncer pulmonar que se les dan a los pacientes que ya no responden a su primer tratamiento de cáncer tienen un 7% de tasa de respuesta. “Así que si ves algo que tiene una tasa de respuesta del 20% o del 30%, es realmente diferente a lo que usualmente se ve en la población.

“Eso es lo que creo que emocionó a las personas”.

En el segundo ensayo, encabezado también por otro oncólogo de Hopkins, el médico Julie Brahmermm, los investigadores estudiaron a 207 pacientes con cáncer pulmonar, melanoma, cáncer de riñón, mama, ovario, gástrico, páncreas y colorrectal. Los pacientes con cáncer pulmonar, de riñón, ovario y de piel observaron beneficios porque sus tumores se encogieron significativamente, algunos aún más después de un año de haber tomado el medicamento experimental.

Aunque ninguno de los ensayos clínicos muestra si los paciente vivirán más debido a que la investigación es muy reciente, ambos muestran que al apagar las moléculas de PD-1 y PD-L1, algunos tipos de cáncer pueden ser detenidos antes de que empeoren, por lo menos un tiempo.

“Es emocionante ver este grado de actividad antitumoral de un solo agente, entre pacientes con varios tipos de cáncer que han progresado a pesar de las terapias estándar”, dice Topalian.

Por otra parte, los investigadores podrían haber encontrado una manera de saber qué pacientes pueden beneficiarse de estos tratamientos antes de dárselos. Al ver los tumores de 42 pacientes antes del tratamiento, cuando la molécula PD-L1 estaba presente, el medicamento funcionó bien en un 36% de los pacientes. Si la molécula no estaba presente, no hubo respuesta.

Se han planeado estudios más grandes, y ambos estudios fueron financiados con becas de Bristol-Myers Squibb, parte de National Institutes of Health y The Melanoma Research Alliance.