(CNN) — La policía china interceptó la semana pasada más de 3.600 cocodrilos que tenían como destino convertirse en comida en la provincia de Guangdong.
Los cocodrilos siameses fueron capturados el martes en la región autónoma de Guangxi Zhuang después de haber cruzado la frontera entre China y Vietnam, de acuerdo con los reportes de la agencia de noticias Xinhua.
Las autoridades creen que iban a los restaurantes del sur de China, zona conocida por sus restaurantes exóticos.
Varios de los cocodrilos murieron por las altas temperaturas durante la transportación, informaron las autoridades, mientras que otros ya son tratados por veterinarios.
El cocodrilo siamés puede crecer hasta 3,96 metros y es uno de los reptiles más amenazados del mundo, de acuerdo con el Fondo Mundial para la Vida salvaje. Factores como la caza y la alteración de su hábitat tienen a la especie cerca de la extinción en estado natural, aunque son ampliamente reproducidos en Tailandia y Camboya.
Zheng Yuanying del grupo ambientalista de China Green Eye, informó al diario británico The Guardian que el mercado negro se ha mantenido en la región a pesar de los esfuerzos del gobierno para acabar con el contrabando de animales exóticos.
“Aunque toda la gente sabe que es ilegal comer animales salvajes, se los seguirán comiendo mientras el mercado los venda. Lo que necesitamos es una campaña a largo plazo para explicar a la gente por qué no se debe comer a los cocodrolos”, dijo.
A principios de este mes autoridades de China se reunieron con funcionarios de otros países asiáticos para mejorar la colaboración entre países para combatir el tráfico ilegal de vida salvaje, de acuerdo con un reporte de Traffic, que monitorea el comercio de la vida salvaje.
Las provincias de Yunnan, Guangxi y Guangdong, en el sur de China, concentraron el 68,3% del total del tráfico nacional en 2011, según el reporte.