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Por Robert Moss

Nota del Editor: Durante todo el verano, Southern Foodways Alliance profundizó en la historia, tradición, los héroes y la antigua exquisitez de la barbacoa en Estados Unidos.

(CNN) — Una de las grandes ironías de la historia de la carne asada al carbón en Estados Unidos es que la cadena líder mundial de hamburguesas, McDonald’s, en sus inicios ofrecía sus alimentos preparados de esta forma.

Mucho antes del surgimiento de los arcos dorados, en cada esquina de todos los pueblos del sur y oeste de Estados Unidos se encontraban puestos de carnes asadas.

Desde California hasta Florida, los puestos improvisados de carne asada habían “crecido tanto como las estaciones de gasolina”, reportó la revista Collier en 1937. La primera cadena reconocida fue Pig Stand, con sede en Dallas.

Por lo tanto, cuando los hermanos Richard y Maurice McDonald abrieron la primera cadena en San Bernardino, California, se construyó en la parte trasera un lugar para preparar carne asada. El menú original ofrecía bocadillos con su famosa carne de res o de cerdo por 35 centavos de dólar y un plato de carne asada pero al carbón por 60 centavos. Las hamburguesas ocuparon el segundo lugar y se compartían con chile y panes con mantequilla de maní y mermelada.

Años más tarde, los hermanos McDonald comenzaron a tener algunos beneficios y cerraron en 1948 durante tres meses para rediseñar la empresa. Cuando reabrieron, los cubiertos de plata fueron sustituidas por envolturas de papel y vasos de cartón.

Las camareras se habían marchado y los clientes ordenaban a través de ventanillas. El menú tuvo un cambio radical, las hamburguesas solo se limitaban a queso, catsup, mostaza, cebolla y pepinillos. El precio de la hamburguesa se redujo a 15 centavos de dólar. Además se ofrecían bebidas, papas fritas, malteadas y café. La carne asada al carbón ya no era necesaria.

El Sistema de Servicio Rápido de McDonald’s estaba centrado en la comodidad y valor, la venta estaba limitada a una serie de artículos a bajo precio y con el objetivo de ganar dinero a través del volumen.

La fórmula funcionó tan bien que Ray Kroc, un distribuidor de mezcla para malteadas, visitó a los hermanos para ver cómo un restaurante necesitaba ocho de sus cinco máquinas. Sorprendido por el volumen, Kroc firmó un acuerdo para trabajar junto a la firma.

La carne asada al carbón no era lo más adecuado para el servicio de comida rápida. Existían muchas diferencias de una región a otra y llevaba horas para prepararla. A lo largo de la década de 1950 y 60, las cadenas de hamburguesas comenzaron a surgir y la elaboración de carne asada fue relegada.

Esta entrega es cortesía de Robert Moss, un escritor y crítico de restaurantes de alimentos de Charleston City Paper y autor de ‘Barbecue: the History of an American Institution’. Puede seguirlo en la cuenta de Twitter @mossr.