(CNN) — Cuando buscas información básica de Marte en el sitio web de la NASA, el campo del nombre que muestra al autor de su descubrimiento tiene la siguiente leyenda: “Conocido por los antiguos”. A diferencia de Neptuno y el explaneta Plutón, Marte siempre ha figurado en la forma en que entendemos nuestro sistema solar.

Es fácil encontrarlo, Marte es visible a simple vista y es claramente rojo. También está cerca: nuestra habilidad de verlo a simple vista da fe de la relativa cercanía del planeta.

La cultura pop está cargada con referencias a Marte: películas con títulos como Misión a Marte (2000) y Planeta Rojo (2000), documentales como Can we make it to Mars? de NOVA, sin mencionar numerosas historias de ciencia ficción como Crónicas Marcianas de Ray Bradbury de la década de 1950, y libros de no ficción como The Case for Mars y por supuesto Packing for Mars, que exploran qué se necesitaría para enviar no sólo a un robot analógico, sino a personas a ese planeta.

La fascinación de Mary Roach, autora de Packing for Mars, con Marte es un poco más personal.

“Me veo a mí misma en el paisaje, sentada en una roca en esta o esa toma panorámica y cómo me sentiría, cómo sería. Mientras más reales se vuelven las imágenes, más me fascina”.

Nuestra fascinación con Marte continuó cuando el Laboratorio de Ciencias de Marte (MSL, por sus siglas en inglés o Curiosity) aterrizó en el Planeta Rojo la noche del pasado domingo.

El Curiosity no es el primer rover que los humanos han mandado a Marte – la NASA ha enviado a emisarios robóticos desde que el Viking 1 aterrizó en 1976 – pero es la más reciente en una larga línea de naves espaciales con destino a Marte. Esta misión plantea la pregunta: ¿Por qué nos gusta tanto?

@CNNLightyears preguntó a la gente ¿por qué aman Marte? Las respuestas en Twitter y Facebook variaron en detalles, pero la esencia fue la misma.

Cindie Hurley, entusiasta del espacio, lo resume vía Facebook: “Es el ‘nuevo mundo’ del espacio…si la luna era una isla en alta mar, bueno Marte es ese continente distante… es sólo el primer paso en un viaje más grande. Si podemos llegar allí, entonces quizá, sólo quizá, pudiéramos llegar al próximo destino”.

Marte, incluso con su atmósfera inhóspita y paisaje árido, es el análogo más cercano a la Tierra del que estamos conscientes.

James Wray, un profesor asistente de Ciencias Atmosféricas y Terrestres en Georgia Tech, Estados Unidos, quien colaboró con el conjunto de instrumentos SAM (Análisis de Muestras en Marte, por sus siglas en inglés) del Curiosity, nos dice, “es el planeta más parecido a la Tierra que hemos encontrado, hasta ahora, con montañas, cañones, valles de ríos secos, rocas, arena y polvo de composiciones y apariencias no tan diferentes como las que tenemos aquí en casa. La superficie es fría, pero a veces no más fría que las regiones polares de la Tierra”.

“Hay agua en las nubes y casquetes polares, y un día es sólo ligeramente más largo que las 24 horas de la Tierra. Cada día es soleado (bueno, excepto durante las tormentas de polvo más grandes), con cielos de color rosa pálido en lugar del color negro de la Luna”, dice.

Básicamente, los organismos vivos podrían sobrevivir en Marte pero nosotros no podríamos sobrevivir en, digamos, Venus, el otro planeta más cercano a la Tierra. Incluso aunque Venus tiene una atmósfera y es casi del mismo tamaño que la Tierra, el aire es tóxico y la presión en la superficie es tal que seríamos aplastados. Oh, y es lo suficientemente caliente para fundir el plomo en la superficie.

Marte podría ser nuestro próximo hogar. Y es importante para nosotros descubrir lo más que podamos sobre él, no sólo para aumentar nuestro conocimiento de la formación de nuestro sistema solar y nuestro propio planeta, sino para prepararnos para volvernos especies multiplanetarias, como Elon Musk de SpaceX ha esperado y dicho en voz alta, en entrevistas.

Mary Roach concluye, “…Marte está lo suficientemente cerca para sentirse alcanzable, sin embargo, lo suficientemente lejos para parecer completamente extraño, exótico y misterioso”.