Por Diana Magnay
Ciudad de Gaza (CNN) — La fábrica de refrescos en Ciudad de Gaza trabaja al 50% de su capacidad. En los últimos siete años, la producción ha sido intermitente y algunas veces detenida completamente debido al conflicto entre Israel y los territorios palestinos, cortes a la electricidad y el hecho de depender de los túneles de contrabando.
La producción de estas bebidas requiere azúcar y mucho CO2. Pero como el dueño de la planta, Mahmoud Yazegi, explica: “Está prohibido importar gas carbonatado desde Israel. Así que lo traemos desde Egipto a través de los túneles”.
Los costales de azúcar apilados junto a los muros tienen la marca “Hamburgo, Alemania”. A veces también cuentan con azúcar egipcio, aunque el suministro a través de los túneles está estancado.
El pasado 5 de agosto, militantes atacaron una base egipcia cercana al cruce fronterizo de Kherem Shalom, entre Gaza e Israel. Dieciséis soldados egipcios murieron
Inmediatamente después, Hamas negó su participación en el incidente.
Como un gesto de buena voluntad hacia el nuevo gobierno egipcio, el grupo anunció que cerraría la red de túneles entre Gaza y Egipto, la única ruta a través de la cual facciones militantes y yihadistas en cada sitio, respectivamente, podían intercambiar armamento y personal.
Otras veces, Hamas había permitido a periodistas acceder a los túneles. Pero la semana pasada los medios no fueron bienvenidos. Las cámaras no tenían permiso de acercarse a las entradas de estos pasajes subterráneos, los cuales eran custodiados por elementos de seguridad del grupo.
Un reportero de radio pasó la tarde en la estación de policía de Rafah tras ser sorprendido husmeando alrededor.
Aún hay actividad en los túneles. Vimos camiones cargados de cemento provenientes de El Arish en dirección a Ciudad de Gaza y personas que esperaban pasar al otro lado.
Al parecer, Hamas considera que estos suministros son importantes. La industria de la construcción en Gaza está en auge y los túneles son la válvula de control que tiene el grupo sobre el comercio, además de que el cemento israelí es mucho más caro que el egipcio.
Egipto ha declarado que está en proceso de cerrar los accesos a los túneles hacia Gaza, del lado del Sinaí. Sin embargo, qué tan dispuestas están las partes a continuar con las medidas es otra interrogante.
Al menos 1.500 túneles cruzan por debajo de la frontera y Hamas recauda impuestos sobre los bienes que transitan por ellos.
Estos gravámenes a las importaciones ilegales desde Israel a través del cruce Kherem Shalom van directamente a la Autoridad Palestina. Por eso, a Hamas le interesa mantener los túneles abiertos, de acuerdo con las Fuerzas de Defensa de Israel.
Yazegui, también representante de Gaza ante la Cámara de Comercio de Palestina, estuvo hace poco en Egipto para discutir la implementación de una zona de libre comercio entre las regiones, lo que volvería innecesario el uso de los túneles.
El empresario refresquero dijo que la propuesta agradó a los personajes clave de Egipto, pero no a la Autoridad Palestina en Ramallah. “Les pregunté y dijeron: ‘Tú quieres que Gaza sea un Estado, así que tendrías dos estados palestinos. Espera a que resolvamos los problemas entre palestinos y palestinos, y entonces nos encargaremos de esta área”.
Yazegui cree que Hamas —que tiene el control de Gaza— y la Autoridad Palestina —que controla la Ribera Occidental— no cederán a menos que sean presionados por el mundo árabe.
Sin embargo, con tantos problemas locales, los estados árabes no parecen muy interesados en intervenir en los conflictos internos de los palestinos.
Hamas y el nuevo gobierno egipcio coinciden en ser hermanos musulmanes. Ahora tienen qué descubrir cómo demostrarlo en la práctica.