Por Madison Park
Hong Kong (CNN) — Jeremy Lin, la Cenicienta seleccionada en el draft en la temporada pasada de la NBA, se prepara para las preguntas de sus seguidores en Hong Kong.
¿Qué se siente ver tu nombre en un jersey? En corto: “Raro”.
¿Tus padres quisieron que fueras un abogado o médico? “No”.
¿Puedes hablar mandarín? “Algo”.
¿Cuál es tu juego de palabras con Lin favorito? “Súper Lintendo”.
Cuando el nuevo armador de los Rockets de Houston regrese a la cancha de basquetbol en octubre, no sólo enfrentará la presión de una disputa por ser una franquicia, también lo hará ante las expectativas de la diáspora asiática que lo ha elevado casi al estatus de héroe popular.
Su paso de ser un desconocido, calientabancas a titular base de los Knicks, dominó las revistas de deportes y le creó muchos aficionados en Asia.
La estrella asiático-estadounidense de la NBA llegó a Hong Kong esta semana, después de visitar Taiwán y China.
“El recibimiento ha sido más de lo que imaginé”, dijo Lin sobre su viaje a Asia. “Agradezco su apoyo y su cuidado”.
Los seguidores se reunieron en un centro comercial de Hong Kong con libros, posters y su viejo jersey de los Knicks. Incluso, algunos, usaron camisetas de la Universidad de Harvard. Lin, quien cumplió 24 años el jueves, lucía abochornado por tanta atención hacia él.
Lin participó en la ceremonia de lanzamiento de la iniciativa, New Worls Springboard que está diseñada para proporcionar a los niños desfavorecidos oportunidades para el deporte.
Los chicos le preguntaron cómo había intercalado sus estudios y el deporte. Le aplaudieron cuando habló vacilante en mandarín.
Cuando lo cuestionaron sobre cómo había superado los desafíos, repetidamente habló de su fe.
“Creo que Dios me ha bendecido con una oportunidad increíble, la forma en que colocó todo, la situación, creo que fue la tormenta perfecta. Dios es la primera persona a quien le atribuiré las cosas”.
Cuando le preguntaron sobre su nacionalidad –si se consideraba chino, taiwanés o estadounidense– Lin replicó: “Mi identidad está en Cristo”.
También contestó preguntas sobre ser un asiático en la NBA y sobrellevar los estereotipos.
“Naturalmente soy terco y un cabeza dura”, dijo a su audiencia. “No dejes que la gente te diga qué puedes y qué no puedes hacer. La gente trata de decirte que no puedes hacer esto, o aquello. Continúa siguiendo lo que te gusta hacer, trabaja duro en ello”.
Lin firmó un contrato de 25.1 millones de dólares por tres años con los Houston Rockets en julio, después de que los Knicks decidieron no seguir con la oferta. Ahora jugará para el antiguo equipo del central chino, Yao Ming.
¿Cómo manejar las inevitables comparaciones?
Lin describió a Yao, quien está retirado, como una “celebridad del Salón de la Fama y embajador global del juego”.
Lo que yo he hecho no se puede comparar con él, dijo Lin. “Los dos queremos jugar en el camino correcto, inspirar a los niños y ampliar el deporte”.
Los seguidores de Linsanity lo esperaron durante horas antes del evento. Ryan Cheng, de 20 años, dijo que fue a verlo porque “no hay muchas personas asiáticas en la NBA”.
“Él es una verdadera historia del desfavorecido”, agregó el estudiante universitario.
Su amigo, Vincent Choi, intervino: “Está hecho para una película”.