Por Alice Park
(CNN) — Los brassieres hacen cosas maravillosas estos días (gracias varillas), ¿pero pueden detectar el cáncer?
Esa es la promesa del nuevo brassiere First Warning Systems, equipado con una serie de sensores incrustados en las copas que captan los cambios de temperatura en el tejido mamario y dan una huella termal que puede alertar a los doctores sobre la presencia de células malignas, asegura la compañía ubicada en Nevada, Estados Unidos.
De acuerdo a su sitio web, la información generada por el brassiere deportivo puede predecir la presencia de cáncer de mama con 90% de especificidad y sensibilidad. Las mujeres lo usan por 12 horas para acumular una lectura estable de la temperatura y las mediciones son procesadas con el algoritmo de la compañía que puede emitir un resultado normal, benigno, sospechoso de anormalidades o probable de anormalidades en el tejido mamario.
Suena como una buena idea, ¿cierto? Excepto que el concepto de usar la temperatura para detectar la enfermedad puede no estar listo para ser usado aún. “Hipotéticamente, es concebible que los procesos malignos podrían tener gradiente de temperatura diferente comparado con los tejidos no malignos”, dijo el médico Therese Bevers, director del centro de prevención contra el cáncer de la Universidad de Texas. “Pero ese gradiente puede no ser muy diferente”.
La idea de usar termogramas para descubrir el crecimiento anormal de las células se usa con un dispositivo de imágenes que toma la temperatura del tejido mamario. Los tumores necesitan nutrientes para crecer y los succionan de su propio suministro sanguíneo que comienzan a construir mientras acumulan más y más células anormales.
Todo este trabajo metabólico genera calor y es este cambio de temperatura lo que los termogramas – y los sensores del First Warning Bra- están designados a medir. Pero cuando estas medidas, que muestran puntos calientes o fríos que podrían ser cáncer y tejido no maligno, respectivamente, son comparados con una mamografía y ultrasonido, los descubrimientos no siempre coinciden.
“Vemos algunos termogramas que dan resultados anormales y luego obtenemos otras imágenes con mamografías y ultrasonidos, damos un seguimiento a la mujer y nada se desarrolla”, señala Bevers. “Y tenemos mujeres cuyo cáncer de mama no se ve en las termografías”.
“No es perfecto y se necesitan muchos más exámenes rigurosos para entender el rol que juegan las lecturas de temperatura en la detección del cáncer”.
Incluso si las lecturas dan un resultado positivo y si, como la compañía dice, los tumores están en sus etapas más tempranas y son apenas detectables como una masa, no está claro qué pueden hacer los doctores por las mujeres en ese momento.
La cirugía no es una opción hasta que los tumores alcanzan un cierto tamaño que puede ser identificado y removido. La radiación y quimioterapia son muy tóxicas para iniciarse antes de que el cáncer alcance cierto umbral que justifique los efectos secundarios. ¿Qué hacen los doctores con un examen positivo?
Por ahora, a ellos les gustaría que las mujeres acudieran en forma más frecuente a realizarse mamografías y ultrasonidos mamarios, para evaluar si sus células anormales se transformarán en tumores o no. Si ese es el caso, a la mayoría de las mujeres podrían detectárseles los tumores por alguno de estos métodos, incluso si no han usado el brassiere.
Información reciente ha cuestionado la eficacia de las mamografías a mujeres que tienen 40 años, la Fuerza de Tareas Preventivas de Estados Unidos recientemente recomendó que las mujeres esperen hasta que tengan 50 años para comenzar los análisis, porque estudios muestran que los costos de los escaneos en mujeres a sus 40, incluyendo pruebas adicionales y complicaciones causadas por estos procedimientos suplementarios, no salvan más vidas.
Así que mientras que la idea de usar un brassiere deportivo por 12 horas para detectar el cáncer de mama suena interesante, el brassiere puede estar un poco adelantado a sí mismo. No está claro aún si predecir e idealmente tratar el cáncer de mama con el brassiere puede reducir las muertes por la enfermedad o ayudar a las mujeres a evitar tipos de cáncer más avanzados y agresivos.
“Necesitamos tener información más sólida antes de comenzar a agregar más análisis, especialmente cuando tenemos pruebas (como las mamografías y los ultrasonidos)”, dice Bevers. Esos exámenes no son perfectos tampoco, pero han probado que pueden ayudar a salvar vidas.