Por Qadir Sediqi y Josh Levs

(CNN) — Una joven afgana fue decapitada por negarse a prostituirse. Una de las asesinas era su suegra, dijo la policía.

La otra persona que la mató era prima de la suegra. Ambas admitieron su participación en el crimen, de acuerdo con la policía.

Para la mayoría de las personas, el asesinato de la mujer de 20 años, Mah Gul, es inimaginable. Pero “es solo un incidente que refleja la atmósfera violenta que enfrentan mujeres y niñas en Afganistán y la región”, dijo Suzanne Nossel, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Estados Unidos, este jueves.

El asesinato ocurrió este domingo en la provincia de Herat, al sureste de Afganistán, en la frontera con Irán.

El esposo de Gul es un panadero. Cuando salió de casa para ir a trabajar, su madre y su prima trataron de forzar a su joven esposa a prostituirse, dijo Noorthan Mikvad, vocero de la policía de Herat. Cuando ella se negó, la decapitaron.

En un comunicado, Nossel dijo que mujeres y niñas en la región “son violadas, asesinadas, forzadas a casarse en la infancia, se les impide recibir educación y se les niegan sus derechos sexuales y reproductivos. Hasta que los derechos humanos básicos sean garantizados… estos horribles abusos seguirán cometiéndose”, añadió.

El Departamento de Estado de EU señala que “algunas mujeres afganas son forzadas a ejercer la prostitución, a los matrimonios forzados —incluidos aquellos donde los maridos fuerzan a sus esposas a prostituirse— y son regaladas por sus familiares para pagar deudas o disputas”.

Algunas familias, incluso sabiéndolo, venden a sus niños para la prostitución forzada, indica el Departamento de Estado. Algunos menores son vendidos para “el bacha baazi, donde grupos de hombres ricos usan a grupos de niños y adolescentes para su entretenimiento social y sexual”.

La policía de Herat dice que está investigando si el esposo de Gul y su padrastro estuvieron involucrados en el asesinato.