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Por Ángeles Mariscal

REYNOSA, Tamaulipas — Al llegar a la frontera con Estados Unidos y ver el puente sobre el río Bravo, la hondureña Fortunata Correa, integrante de la caravana de madres de migrantes centroamericanos desaparecidos en México, dejó correr en llanto el miedo y la impotencia. Recorrió los casi 2,000 kilómetros que separan el sur con el norte del país, y se enfrentó con el escenario desde donde su hijo, Deny Vaca, la llamó por última vez.

“Desde que salió de Choluteca (Honduras), se iba comunicando conmigo cada vez que podía, hasta que el 10 de mayo de 2004 me habló por teléfono y me dijo: ‘Si Dios quiere mañana cruzo el río’”. Luego de esa llamada llegó el silencio, que ahora suma más de 8 años, explicó la mujer, quien está por cumplir 60 años de edad.

“Siento mi alma partida por la mitad ahora que recorrí el camino por el que tuvo que pasar mi hijo para poder llegar aquí. Siento lástima y dolor porque ahora sé todo lo que sufrió”, señala la mujer, quien forma parte de la caravana “Liberando la Esperanza”.

El camino que siguen los migrantes por la ruta del Golfo de México pasa por la selva de Tabasco, el trópico de Veracruz, y llega a las planicies áridas de Tamaulipas. Es en este último lugar donde los migrantes son percibidos como una mercancía que se trafica a la vista de todos.

En las calles de Reynosa, Tamaulipas, grupos dedicados a la delincuencia organizada ofrecen a los migrantes llevarlos a Estados Unidos. En otros casos los invitan a “trabajar”, o los someten a reclutamientos forzados, explicó a CNNMéxico el sacerdote Francisco Gallardo López, coordinador de la Pastoral de la Movilidad Humana de la Diócesis de Matamoros Tamaulipas.

El sacerdote detalló que un caso documentado y denunciado a las autoridades del gobierno de Tamaulipas ocurrió el 24 de diciembre de 2011, cuando un grupo armado llegó al albergue de migrantes que dirige, cerca del puente fronterizo, y sacó del lugar a 15 de ellos que se habían negado a ser reclutados.

“Al albergue lo han rodeado los delincuentes, nos han arrebatado a los migrantes, y no hay seguridad pública que nos pueda resguardar. La misma situación de abusos y secuestros sigue igual que cuando se descubrieron los hechos de San Fernando, en el año 2010, pero con otras dinámicas, a través de células pequeñas”, detalla Gallardo López.

Refiere que en los dos últimos años las autoridades han negado que en Tamaulipas continúe el secuestro de migrantes, aun cuando todos los días, quienes llegan a los albergues reportan haber presenciado o haber sido víctimas de estas situaciones.

“El temor a las represalias hace que los migrantes no denuncien de manera formal. Por eso, para las autoridades no existe la problemática, y por tanto no realizan acciones para detenerlo. En muchos casos, esta negación oficial se debe al temor de recibir represalias. Aquí en Tamaulipas todos tenemos temor. Aquí la delincuencia organizada está en todas partes”, señala el sacerdote.

Luego de la masacre de San Fernando, en mayo de 2011, se creó el Instituto Tamaulipeco para la Atención a Migrantes,

Su titular, Juan José Rodríguez Alvarado, dijo a CNNMéxico que el gobierno de esa entidad no ha recibido “denuncias graves sobre actos delictivos contra migrantes”.

“No tenemos nada que lamentar por el momento, estamos muy atentos para resguardar la seguridad de los migrantes, nuestra Procuraduría tiene ministerios públicos especializados, hacemos trabajo de sensibilización con las corporaciones, reforzamos la seguridad en las épocas de mayor flujo”, señala el funcionario público.

Juan José Rodríguez Alvarado recibió en representación del gobierno de Tamaulipas, a las y los integrantes de la caravana de madres de migrantes centroamericanos desaparecidos, quienes arribaron a Reynosa Tamaulipas.

En este lugar, la caravana se reunió con representantes de la organización de migrantes de Veracruz, y realizó una marcha desde el albergue Nuestra Señora de Guadalupe hasta el puente fronterizo Benito Juárez. En el lugar conocido como “La Cruz del Migrante” realizó un homenaje a quienes intentan llegar a Estados Unidos.