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(CNN) — Sandy afectó a millones de personas cuando llegó a la costa este de Estados Unidos y se transformó en una supertormenta. La mayoría de ellos volverá a la rutina, pero algunas vidas cambiaron para siempre.

Entre todas las historias, aquí hay tres vidas que no volverán a ser las mismas:

Emergencia: una carrera para salvar vidas de un hospital

Los médicos, las enfermeras y el personal del Centro Médico Langone de la Universidad de Nueva York actuó rápido este lunes por la noche cuando el sótano quedó inundado, la energía eléctrica fue interrumpida y los generadores del tejado quedaron ahogados bajo la lluvia de Sandy.

Los ventiladores para los recién nacidos fallaron, las luces se apagaron y se detuvieron los ascensores en el hospital de 15 pisos.

El médico Andrew Brotman describe una carrera desesperada para encontrar otras clínicas y llevar a sus 260 pacientes en ambulancias a través de las calles inundadas por la supertormenta.

Rescate: El jefe de policía ayuda a cientos que se quedaron atrás

Una de las tareas de Ralph Verdi como jefe de policía de Little Ferry, Nueva Jersey, es asegurar que los residentes presten atención a las advertencias cuando hay peligro.

Pero muchos de los 10.000 habitantes que enfrentaron a Irene el año pasado el primer huracán que tocó tierra en Nueva Jersey en 108 años— percibieron a Sandy como otra tormenta sobrevalorada.

Sin embargo, cuando el fenómeno inundó Little Ferry y dos pueblos vecinos, Verdi tuvo que salvar a residentes atrapados en pisos superiores y azoteas.

Los equipos de rescate a su cargo salvaron a una mujer del condado de Bergen que hizo señas y gritó desde su porche.

El jefe ha estado demasiado ocupado como para contar cuántas personas han sido trasladadas, pero sabe que cientos, algunos en pijama y descalzos, piden ayuda.

La muerte: ella responde al llamado del mar y de la historia

Mientras que los pacientes en el hospital de Brotman y las personas rescatadas por Verdi sobrevivieron, Sandy cobró la vida de Claudene Christian.

Christian, de 42 años, vivía su sueño como marinera de cubierta en una réplica del histórico HMS Bounty antes de que las olas gigantes, provocadas por Sandy, golpearan la embarcación de 180 pies y tres mástiles frente a la costa de Carolina del Nortes.

Mientras que 14 miembros de la tripulación llegaron a los botes salvavidas, las olas arrojaron a Christian, al capitán Robin Waldridge y a otro miembro de la tripulación por la borda. El tercer tripulante alcanzó a un bote salvavidas.

La Guardia Costera de EE.UU. los rescató por helicóptero.

El cuerpo de Christian fue recuperado más tarde, pero Waldridge seguía desaparecido hasta este martes.