Por Charles Riley, CNNMoney
(CNNMoney) – Los mercados mundiales tuvieron dificultad por encontrar un rumbo el miércoles en tanto los inversionistas procesaban los resultados electorales de Estados Unidos.
Los mercados de Asia tuvieron desempeños mixtos en la tarde, con el índice bursátil Hang Seng en Hong Kong sin alteración, el Nikkei en Tokio por encima 0,1% y el Shanghai Composite por debajo 0,2%.
Los mercados europeos abrirán pronto, seguidos por los intercambios en Estados Unidos, en donde los futuros apuntaban a una apertura más baja.
En los mercados de monedas, el dólar estadounidense se debilitó frente al euro, la libra esterlina y el yen japonés.
Parece que el statu quo se mantuvo en general en gran parte del gobierno de Estados Unidos. El presidente Obama logró su segundo periodo en la Casa Blanca. Los republicanos retuvieron el control de la Cámara de Representantes y los demócratas siguieron siendo mayoría en el Senado.
Con un balance estático del poder, probablemente la reacción del mercado sea silenciosa, según dicen los analistas de UBS.
“Creemos que un escenario de statu quo ya está presente en los precios de las acciones”, escribieron los analistas en una nota a los clientes. “Por eso… esperamos que las acciones tengan una reacción inicial modestamente negativa”.
Pero podría haber algún movimiento. Una victoria de Obama puede dar lugar a una venta de activos, según dijeron los analistas de Barclays, quienes advirtieron que la reacción probablemente sería “pequeña y de corto plazo, si pasa”.
Se creía que Wall Street favorecería Mitt Romney, el contendiente republicano con vínculos cercanos con el capital privado y las comunidades de negocio. Pero una victoria de Romney habría generado una política monetaria más severa, pues el candidato expresó descontento por la dirección de la política de la Reserva Federal.
Los inversionistas ahora concentrarán su atención, con la elección ya finalizada, al llamado “fiscal cliff”, el abismo fiscal.
La inacción generaría un aumento brusco en impuestos y profundos recortes al gasto federal que entrarían en vigencia en enero. Economistas, incluyendo varios miembros de la Reserva Federal, están de acuerdo con que la economía probablemente caerá en una nueva recesión si este escenario ocurriese.
Algunos analistas, incluyendo los de UBS, predijeron que los problemas serán difíciles de resolver, especialmente antes de la nueva clase de legisladores que estarán en el poder el próximo año en Washington.
“En un escenario en que la composición política no cambia con respecto al verano anterior, esperamos una batalla intensa”, dijo. “No estaríamos sorprendidos si las decisiones más difíciles de política fiscal de largo plazo son descartadas una vez más”.
No hacer un progreso en temas fiscales podría tener consecuencias económicas, incluyendo posibles rebajas a la calificación crediticia.