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Por Krupskaia Alís

(CNN en Español) – ¿Legalizar o no el consumo de la marihuana? La pregunta ronda en la región desde hace ya muchos años y dentro de sus principales promotores, se encuentran los expresidentes de México, Ernesto Zedillo, de Brasil, Henrique Cardoso y de Colombia, César Gaviria, quienes han insistido en diversos foros, que, a su juicio, 40 años de grandes esfuerzos no han logrado reducir ni la producción ni el consumo de drogas ilícitas.

“Los hechos son reiterados y hablan por sí mismos. La erradicación de la producción, la interdicción del tráfico y la criminalización del consumo, que son las piedras angulares de la estrategia de la llamada “guerra contra las drogas” liderada por Estados Unidos, no funcionan y tienen un costo altísimo en vidas humanas. Mientras haya demanda por narcóticos, habrá oferta. Los únicos beneficiarios del prohibicionismo son los narcotraficantes”, señalan en un documento de la Comisión, sobre Drogas y Democracia en América Latina.

Su regulación -sostiene el texto- cortaría el vínculo entre traficantes y consumidores,”dado que la marihuana es la droga que más se consume en el mundo, su regulación abatiría gran parte de los enormes recursos que obtiene el crimen organizado en los mercados ilegales de la droga, fuente de su poder e influencia”.

Una discusión no menor, que ha recobrado fuerza en México luego de la aprobación el pasado 6 de noviembre de la legalización del consumo de marihuana, con fines recreativos, en Washington y Colorado.

Anticipando vísperas, el Instituto Mexicano para la Competitividad realizó un reporte técnico ante éste escenario. De acuerdo con Alejandro Hope y Eduardo Clark, sus autores, la medida “podría tener un impacto serio sobre el mercado de la marihuana en el país vecino, con repercusiones para la estructura de ingresos y el modelo de negocios de las bandas mexicanas del narcotráfico”.

Estiman que entre el 40 y el 70% de la marihuana que se consume en Estados Unidos es traficada desde México, por lo que “la legalización en cualquiera de esos estados abriría potencialmente una brecha de precios con los estados que mantuvieran la prohibición, generando un incentivo a la exportación. El volumen de exportación dependería del diferencial de precios entre la marihuana legalizada y la marihuana ilegal”, afirman.

Cuentas aparte, la decisión de los votantes en Washington y Colorado es valorada por el equipo del presidente electo Enrique Peña Nieto.

En una entrevista con Radio Fórmula, Luis Videgaray, coordinador del equipo de transición sostuvo que la legalización de la marihuana con fines recreativos llevarán a revisar las políticas conjuntas tanto del combate al tráfico de drogas, como de seguridad.

“Estamos obviamente atentos a estas modificaciones importantes que cambian un poco las reglas de juego en la relación con Estados Unidos”, dijo.

En un foro de la revista The Economist realizado en la capital del país, Shannon O’Neil del Consejo de Relaciones Exteriores del Latin American Studies señaló que la decisión de legalizar la marihuana en los dos estados de la Unión Americana podría ser una oportunidad. “Lo que vaya a suceder abre un espacio para los Estados Unidos, para empezar a hablar de un enfoque diferente, por lo menos de la marihuana”.

Y en esto de los nuevos enfoques, en el mismo foro, el gobierno mexicano reconoció que hay que encontrar mejores soluciones conjuntas.

“El tamaño global del mercado sigue siendo del orden de los 30 mil millones de dólares al año. En la medida en la que siga siendo la magnitud del mercado, pues tenemos que ser mucho más creativos”, apuntó Alejandro Poiré, Secretario de Gobernación.