(CNN) – Carly Fleischmann vivió la mayor parte de su infancia atrapada dentro de un cuerpo en el cual no se podía comunicar claramente con el mundo exterior.
No podía hablar y tenía pocas habilidades motoras. Había sido diagnosticada con autismo severo a los dos años.
Incluso con el progreso que había estado teniendo con técnicas de terapia y medicación, Fleischmann todavía era un misterio para su familia. ¿Quién era ella? ¿Cómo sería su voz si pudiese hablar? Estas son algunas de las preguntas que no tenían respuesta hasta que Fleischmann comenzó a escribir.
Un día, durante una sesión con uno de sus terapeutas, Fleischmann comenzó a sentirse enferma. Incapaz de hablar para transmitir su condición, Fleischmann se arriesgó y tomó el teclado. Escribió: “ayuda dientes duelen”. Este sería el gran avance que eventualmente le permitiría a Fleischmann comunicarse con el mundo exterior.
Una vida sin teléfonos inteligentes y otros dispositivos móviles sería difícil de imaginar para aquellos de nosotros que somos adictos a las tabletas móviles y a nuestro teléfono. ¿Cómo podríamos vivir sin Facebook o Instagram en nuestros bolsillos? ¿Cómo podría chequear el balance de mi cuenta bancaria mientras estoy de compras?
Pero para Fleischmann, y muchos otros como ella, estos dispositivos le dan mucho más: una voz.
La primera generación del iPad fue lanzada en los Estados Unidos justo después del cumpleaños número 15 de Fleischmann. Inmediatamente, su familia condujo desde su hogar en Toronto para adquirir uno. Ellos sabían que el iPad sería clave para que ella tuviera libertad y pudiera comunicarse como nunca antes.
Fleischmann empezó a teclear en una computadora de escritorio a los 10 años de edad, pero progresó con dificultad y lentamente, una letra a la vez.
“Para ella, escribir es extremadamente frustrante”, dijo su padre, Arthur Fleischmann. “Ella quiere una voz más que cualquier otra cosa. En su caso, es aún peor porque tiene un severo TOC (trastorno obsesivo-compulsivo), ella se pone ansiosa y cuando se pone ansiosa, se paraliza. Es todavía más frustrante porque no puede expresar sus ideas y sentimientos”.
A medida que Fleischmann comenzó a escribir más, su familia y sus terapeutas comenzaron a conocerla. Ella era perspicaz, una chica brillante que conocía la cultura pop. Hacía bromas y se burlaba de su hermano, quejándose de su olor de chico adolescente. Tenía su propio sentido del estilo. Pero lo más importante, Fleischmann era tenaz. Dejó claro que estaba dispuesta a luchar para conseguir sus objetivos.
Antes del iPad, probó varios dispositivos de comunicación móvil. Esos aparatos tenían funcionalidad para convertir texto en habla, pero no logró acostumbrarse a ellos.
“Ella rechazó sus primeros dispositivos de comunicación como el Lightwriter y el DynaVox porque sentía que ellos la hacían ver incapacitada”, dijeron sus padres. “Ella no se ve a sí misma como una inválida; ella se ve como una niña con autismo. Pero ella no quiere que eso la defina”.
Para la mayoría de la gente, el iPad creó una nueva manera de enviar y recibir información. Nos permite aprender, comunicarnos y socializar de una manera que nunca antes fue posible.
Para Fleischmann, el iPad fue toda una innovación por razones muy distintas.
Le dio independencia y las aplicaciones le hicieron fácil comunicar sus pensamientos sin escribir tecla por tecla en una computadora. Y como eso era considerado algo “de moda”, le llamó mucho la atención. No la hacía sentirse diferente.
Como con cualquier otra adolescente, los puntos de popularidad de Fleischmann se fueron para arriba y le ayudaron a encajar.
“Estar caminando por ahí con un iPad era algo que parecía popular y a ella le gustó eso”, dijo su padre.
Fleischmann afirma que le encanta su iPad y cuenta que, “gracias a él, participo en clase de una forma totalmente nueva”.
Ahora Fleischmann tiene dos iPads y un ordenador portátil que usa regularmente. La aplicación que más usa es ProLoQuo2Go, la cual puede personalizarse completamente. Cuando Fleischmann va a acampar, por ejemplo, puede pre-cargar fotos y palabras asociadas con el campamento para hacer más eficiente la comunicación con sus compañeros. Su precio de 189,99 dólares es elevado. Pero la libertad y la facilidad con la que puede comunicarse, claramente hacen que valga la pena.
Fleischmann y su padre han escrito un libro que detalla sus luchas y triunfos con el autismo. Ella ha atraído la atención de celebridades y activistas del autismo como Ellen DeGeneres, el senador John Kerry, Larry King y Temple Grandin.
Recientemente, se unió a Kerry en un panel para discutir la importancia que la tecnología tiene para las personas con autismo.
“La tecnología me ha permitido comunicarme, aprender aptitudes sociales, poner en práctica técnicas de relajación y ha jugado una parte crucial ayudándome a escribir”, dijo ella. “Para mí, la tecnología es la clave para derrotar al autismo”.
Facebook, Twitter y los blogs también juegan un papel muy importante en la habilidad de Fleischmann para comunicarse con el mundo. Ella continúa asombrando a su familia cada día.
Su asistente, Howard, encontró un accesorio para hacer llamadas y, combinándolo con ProLoQuo2Go y un altavoz, Fleischmann es capaz de llamar a sus amigos.
Su padre dice que aunque las funciones motoras de Fleischmann no le permitan hacer cosas como atarse los zapatos, él espera que ella sea capaz de llegar a ser independiente a través de la tecnología.
Fleischmann dice que su próximo objetivo es asistir a la universidad. Ella aspira ir a UCLA y dice que quiere conseguir su licenciatura o doctorado como su ídolo, Temple Grandin.
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