Los puestos más importantes en otros países están en manos de mujeres.

Por Tara Maller

Nota del Editor: Tara Maller es miembro investigador en la New America Foundation y ex analista militar de la CIA.

(CNN) — Uno de los mayores cambios que el presidente Barack Obama hará en su segundo periodo es sobre la dirección de la CIA. Aquí hay un tip para el presidente: El tiempo es perfecto para que por primera vez una mujer dirija la agencia.

De elegirla no solo se cerrará la brecha de género en la comunidad de la central de inteligencia. También se trata de elegir a los mejores dentro de la gran variedad de talentos para crear un mejor sistema de seguridad nacional y, al mismo tiempo, responder al aparente deseo de los estadounidenses de tener más mujeres en el gobierno. Aquí hay 10 razones por las que el presidente Obama debería nombrar a una mujer como el próximo director de la CIA.

Inspiraría a más mujeres a involucrarse en la política extranjera y de inteligencia. En el centro de seguridad y las relaciones exteriores predomina el género masculino. De acuerdo con un reporte del 2009 publicado por Las Mujeres en Seguridad Internacional, las mujeres representan el 13% del Servicio de Inteligencia Superior, y entre un 21 y 29% de las agencias clave que lidian con asuntos de seguridad nacional, como el Departamento de Estado de Estados Unidos y el Departamento de Defensa. Eso debería rectificarse.

Las elecciones del 6 de noviembre demostraron que los estadounidenses quieren ver a más mujeres en posiciones importantes dentro del gobierno. Las mujeres forman un 20% del Senado, una cifra histórica. En general, el próximo Congreso contará con casi 100 mujeres.

Las mujeres en la CIA juegan un papel cada vez más importante detrás de la estrategia contra el terrorismo. Las mujeres fueron fundamentales en la caza de Osama bin Laden. Mike Scheuer, el primer jefe de la primera unidad de la CIA enfocada a rastrear a bin Laden, notó que las analistas femeninas de inteligencia fueron clave en las primeras capturas de los líderes importantes de Al Qaeda después del 9/11. En su libro Manhunt, Peter Bergen, experto en el tema y analista de seguridad nacional de CNN, escribe: “El importante papel que las mujeres jugaron en la operación de bin Laden fue reflejo del cambio cultural más grande en la CIA desde hace dos décadas”.

Nombrar a una mujer podría ayudar a las relaciones públicas de la agencia. Su reputación y defensa quedaron empañadas por los eventos que rodearon a la renuncia del director de la CIA, David Petraeus, y por la investigación del general John Allen. Un cambio profundo en los altos mandos podría ayudar.

Es el momento indicado para nombrar a una mujer como director. La sociedad estadounidense refleja una obsesión latente por la seguridad nacional y los temas relacionados con la agencia. La cobertura de los medios sobre la salida de Petraeus y los ataques al consulado de Bengasi han alimentado este interés. Las películas Argo, Skyfall y próximamente Zero Dark Thirty que trata la captura de Osama bin Laden, al igual que la serie de televisión Homeland de Showtime, incentivan la fascinación de la gente con los espías. No es bueno que la mujer de seguridad nacional más vista, como Carrie Mathison, sea ficticia.

Motivar a más mujeres a unirse es un tema de seguridad nacional: Estar a salvo en un mundo con amenazas cada vez más complejas y cambiantes, requiere que los líderes de inteligencia recluten a los mejores y más brillantes. Elegir solo entre la mitad de la población no es suficiente.

Ceder más puestos importantes de inteligencia y de seguridad nacional al género femenino podrían tener un impacto positivo de maneras que no se pueden anticipar. En general, la diversidad puede ayudar a temperar el pensamiento de todo un grupo, generar la resolución de problemas de una manera innovadora, traer nuevos temas a la agenda y cambiar la dinámica para mejorar.

Hay muchas mujeres calificadas para el papel. Algunos ejemplos: la congresista retirada Jane Harman, líder del Centro Woodrow Wilson y antigua demócrata de alto rango en el Comité de Inteligencia de la Casa Blanca; Janet Napolitano, secretaria de Seguridad Interior; la senadora Dianne Feinstein, jefe del Comité de Inteligencia del Senado; Hillary Clinton, secretaria de Estado; Condoleezza Rice, ex secretaria de Estado; Anne-Marie Slaugter, ex directora de planeación en el Departamento de Estado; Michèle Flournoy, ex subsecretaria de la Defensa y Frances Townsend, consejera interna retirada y estratega del plan contra el terrorismo durante la administración de Bush. Claro, existen muchas otras mujeres importantes de nombres menos conocidos, pero que serían excelentes candidatas.

Los puestos más importantes en otros países están en manos de mujeres y es tiempo de que Estados Unidos se ponga al nivel. Incluso son los puestos más altos, como presidentes o primeros ministros. Suiza, Dinamarca, Alemania, Argentina, India, Brasil, Gran Bretaña, Pakistán, entre otros países han tenido líderes femeninas. Estados Unidos está rezagado, pero tiene cuatro años para que esto se convierta en una posibilidad.

Una vez que se logre, se abrirá la puerta hacia todo un universo de talento. Desde que el presidente Clinton llamó a Madeleine Albright para que fuera la primera mujer en asumir el título de secretaria de Estado, le siguieron Condoleezza Rice y Hillary Clinton.

En un reciente artículo del New Yorker titulado The CIA’s Nest Leader, Steve Coll escribe: “Los Estados Unidos nunca han elegido a alguien que no sean un hombre blanco para dirigir la CIA, el Pentágono o el FBI, un récord cada vez más absurdo y penoso”. Una mujer al mando de la CIA no solo agregaría una fractura más al techo de vidrio de la agencia, seguramente lo rompería.

Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Tara Maller.