(CNN) — Al menos siete personas murieron, entre ellas tres niños en un ataque dirigido a una procesión religiosa chiíta en Pakistán este sábado, dijo el vocero de la policía, Khalid Sohail.
La religión chiíta es minoritaria en ese país de mayoría musulmana sunita, por lo que sus miembros enfrentan la persecución de extremistas. Los talibanes paquistaníes se responsabilizaron de ataques similares a principios de esta semana, pero nadie reclamó la responsabilidad por el ataque de este sábado.
La bomba fue colocada en un contenedor de basura en la ciudad de Dera Ismail Khan y explotó cuando las últimas personas en la procesión pasaban, en la que los niños estaban siguiendo a los adultos, dijo Sohail.
La explosión hirió a 18 personas más, incluyendo cinco niños y dos funcionarios de la policía. La ciudad se encuentra a más de 200 kilómetros al oeste de Lahore.
El país está en alerta máxima por los dos días de fiesta santa chií de Ashura, en el cual los creyentes lamentan la muerte de un imán clave en el siglo VII, por lo cual el gobierno está tomando medidas preventivas para aumentar la seguridad durante los festejos que terminan este sábado.
El ministro del Interior Rehman Malik ha bloqueado temporalmente los servicios de los teléfonos celulares en las ciudades, donde la inteligencia recabada indica la posibilidad de que las bombas fueron detonadas por teléfono celular.
También ha prohibido el uso motocicletas durante dos días en algunas ciudades. Este transporte es popular para ocultar bombas.
Al menos 31 personas murieron y 68 resultaron heridas en varios atentados con bombas este miércoles, a pesar del aumento de la seguridad.
Un portavoz talibán de Tehrik-i dijo que los ataques dirigidos a los chiítas fueron porque los terroristas creen que denigran al profeta Mahoma con sus prácticas religiosas.
Ashura conmemora la muerte del nieto del profeta Mahoma, quien murió en la batalla de Karbala en el año 680 DC. La batalla y la posterior muerte del Imán Hussein provocaron la división entre chiítas y sunitas.