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(CNN) — Hasta hace poco, la principal amenaza para la vida de las mariposas de mar y los pequeños caracoles con lóbulos que parecen alas y que flotan en las corrientes del océano, eran los pájaros y peces que dependen de ellos como importantes fuente de alimento.

Los científicos descubrieron que una nueva amenaza menos visible atenta contra las especies, ya que las zonas donde habitan los caracoles cada vez son más ácidas debido a la quema de combustibles fósiles por parte de los humanos.

Un estudio publicado en noviembre pasado por un grupo de científicos de distintos sitios notó que las conchas de los caracoles son severamente carcomidas por el aumento de la acidez en el área sur del océano, cerca de la Antártida.

Esta es la primera evidencia de que la química está cambiando en los océanos y afecta a los organismos, de acuerdo con los científicos, cuyo trabajo fue publicado en el diario de la Geociencia Natural.

El descubrimiento ha causado preocupación debido al importante papel de las mariposas marinas en la cadena alimenticia —se las comen los peces que por lo general acaban en tu plato de comida, como el salmón— y su intervención en el proceso que realiza el océano de abosber y liberar carbón.

La pregunta es si habrá otros efectos en la vida marina de otros océanos más ácidos.

Las mariposas marinas, que son del tamaño de la cabeza de un alfiler, viven en la capa del océano más cercana a la superficie. A una profundidad de 1,000 metros, el agua se hace más corrosiva para sus caparazones, un punto al que se refieren como “horizonte de saturación”.

Pero el equipo de científicos dice que durante un crucero en el 2008 encontraron que a los caracoles, también conocidos como pterópodos, sus conchas se habían disuelto mucho más cerca de la superficie, a niveles tan bajos como los 200 metros.

El daño tiene que ver con varias circunstancias. Los vientos provocan que el agua de áreas más profundas suba junto con la acidificación causada por el dióxido de carbono de la actividad humana, de acuerdo con Nina Bednarsek, autora principal del estudio.

“Esto demuestra qué tan vulnerables son los pterópodos”, dijo Bednarsek, integrante de la Administración Oceánica y Atmosférica Nacional de Estados Unidos.

La cantidad de dióxido de carbono está en aumento, principalmente por la quema de combustibles fósiles y la deforestación, de acuerdo con la Organización Meteorológica Mundial. Eso significa que los océanos absorben más y más del gas, provocando la excesiva acidez.

Eso a su vez los convierte en ambientes más hostiles para los caracoles.

“Aunque los lugares de afloramiento son un fenómeno natural que ocurre por toda la región sur del oceáno, las ocasiones en que sube el ‘horizonte de saturación’ a más de 200 metros serán más frecuentes conforme se  intensifique la acidez en los próximos años”, dijo Geraint Tarling, otro de los autores del estudio.

La corrosión de las conchas de las mariposas de mar no necesariamente las mata, según Tarling, quien trabaja en la Investigación Antártica Británica (BAS, por sus siglas en inglés), una organización científica especializada en el polo.

“Sin embargo, puede aumentar su vulnerabilidad a la depredación y, por consiguiente, infectar o impactar en otros miembros de la cadena alimenticia”, dijo él.

También formaron parte de la investigación la Universidad de East Anglia, en Gran Bretaña, y la Institución Oceanográfica Woods Hole.