Pérez Molina reiteró su apuesta por buscar alternativas en el combate del narcotráfico.

Por Beatriz Rubio

(CNNMéxico) — El presidente de Guatemala confía en que la regulación de las drogas será un hecho con el tiempo. “No va a ser en seis meses, posiblemente no lo voy a ver en estos tres años que me quedan en el gobierno, pero al final yo estoy convencido de que va a ser el punto al que vamos a llegar globalmente, no sólo en la región”, dijo Otto Pérez Molina, en entrevista con CNNMéxico.

El mandatario centroamericano es uno de los impulsores en Latinoamérica del debate sobre la legalización de la marihuana, que planteó antes de que los estados de Washington y Colorado aprobaran el uso recreativo el 6 de noviembre. El cambio en las leyes estatales de Estados Unidos animó la discusión sobre la conveniencia de las políticas prohibicionistas y la búsqueda de otras alternativas en la lucha contra el narcotráfico.

“El mismo Estados Unidos va tener que ir cambiando, la misma sociedad es muy conservadora, pero ahora empezamos a ver resultados. Lo que sucedió en Washington y en Colorado es un primer paso. Y creo que va a ser la decisión del pueblo la que va a obligar a los líderes a que se empiecen a mover”, dijo Pérez Molina, presente en la toma de protesta del nuevo presidente de México, Enrique Peña Nieto, del 1 de diciembre. El presidente guatemalteco expuso que el proceso implicaría diferentes grados de regulación, en función de los efectos dañinos de cada droga.

Pérez Molina reiteró su apuesta por buscar alternativas en el combate del narcotráfico ante un escenario, en el que, “mientras fluyan los dólares, mientras fluyan las armas, mientras puedan vivir cómodamente como lo han hecho, enriquecerse, van a seguir porque la actividad sigue siendo excesivamente rentable”, advirtió.

“No nos cerremos a que sólo el prohibicionismo como hasta ahora es el que puede darnos resultados, sino que tengamos la mentalidad abierta para poder discutir cualquier otra posibilidad. Creo que en esa medida vamos a encontrar las mejores soluciones”, subrayó.

El índice de asesinatos en 2010 en Guatemala fue del 42% por 100,000 habitantes, uno de los más altos del mundo. En una encuesta nacional de julio pasado, más de dos tercios de los guatemaltecos dijo que la violencia era lo que más le preocupaba, superando con creces los totales combinados para economía, desempleo, pobreza y educación.

Pérez Molina llegó al cargo en enero de 2012, tras suceder a Álvaro Colom, que ya lidió con la injerencia de grupos criminales como Los Zetas. La lucha contra el narcotráfico en México provocó el desplazamiento de la violencia a Centroamérica, de acuerdo con las Naciones Unidas. A pesar de eso, Pérez Molina elogió la estrategia de seguridad de Calderón, “por la experiencia que supone y porque al narcotráfico le costó más actuar. Creo que es un buen ejemplo para estudiar, para ir sacando conclusiones y viendo si hay otras cosas que podamos hacer”.

El cártel del Pacífico y el grupo delictivo Los Zetas han fortalecido sus negocios y han extendido sus áreas de influencia en Centroamérica, lo que ha generado más violencia en la región. El mandatario recordó que el 40% de los asesinatos de Guatemala están vinculados al narcotráfico.

El crecimiento de estos grupos se debe en parte a que las actividades y los métodos que emplean son diferentes, lo que les permite involucrarse con grupos locales y pactar alianzas en países como El Salvador, Honduras y Guatemala, según el informe Delincuencia Organizada Transnacional en Centroamérica y el Caribe: Una Evaluación de las Amenazas dado a conocer en septiembre pasado por la Oficina de las Naciones Unidas contras las Drogas y el Delito.

“Respeto al migrante”

En cuanto al tráfico de migrantes, otro de los puntos que marca la agenda entre México y Guatemala, confió en la “disposición” de Peña Nieto y en que continúe los avances logrados por el expresidente mexicano Felipe Calderón.

“Pedimos respeto para ellos, a pesar de que no tengan sus documentos, que no vengan con todos los requisitos que la ley establece y cumplir con la ley”, dijo.

México y Guatemala comparten una frontera de 956 kilómetros, por la que cada año cruzan miles de migrantes centroamericanos indocumentados que buscan llegar a Estados Unidos. En los últimos años, la zona ha registrado un aumento de la violencia que las autoridades vinculan a la actividad de grupos del crimen organizado.

Guatemala fue el primer destino de Peña Nieto en su gira de estreno como presidente. Durante el viaje, prometió ampliar la agenda bilateral, más allá de la migración y la seguridad.

Pérez Molina aseguró que ya había habido acercamientos entre ambos gobiernos para fortalecer el desarrollo en la frontera. “Yo creo que esa visión que él tiene, donde dice que los problemas de seguridad se van a ir arreglando en la medida en que nosotros podamos ser más prósperas, y tengamos más y mejores actividades económicas es una decisión correcta”, resumió.

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