(CNN) — Hay espejos con forma de corazón en el techo y mordisqueo juguetón en la cama. Los huéspedes de este nuevo motel romántico en Brasil son un par de bulldogs franceses: Cherry y Toby.
El motel es parte de Animalle Mundo Pet, un enorme complejo en Belo Horizonte, Brasil, donde se vende de todo, desde galletas de chocolate para perros, hasta servicios de reproducción asistida. Una noche de amor en el motel cuesta cerca de 50 dólares.
El dueño de Cherry dice que aún es joven para aparearse, pero que volverán cuando tenga edad suficiente. “Me gusta darle todo lo que puedo”, dice Leonardo Felipe da Silva. “Mucha gente cree que es demasiado, pero creo que se lo merece”. Su dueño dice que gasta hasta 300 dólares a la semana en comida y accesorios para Cherry.
“Nuestros clientes no ven a los animales como tales”, dice Daniela Guimaraes, propietaria de Animalle Mundo Pet. “Hablan de sus mascotas como si fueran miembros de su familia; dicen ‘mi hijo’ o ‘mi hermano’”.
En Brasil, una década de prosperidad llevó a que millones de personas se incorporaran a la clase media y aumentó la demanda de mascotas de todo tipo, especialmente perros. Las razas como Shih Tzu y los galgos italianos se han vuelto símbolos de estatus económico.
Según la exposición internacional de proveedores para mascotas PET Sudamérica, Brasil es actualmente el quinto mercado mundial en accesorios para mascotas. En 2011 tuvo un valor de 9.000 millones de dólares.
No obstante, según PET Sudamérica, sólo la mitad de las 100 millones de mascotas de Brasil tienen acceso a alimentos empacados y tiendas de mascotas, lo que deja mucho espacio para el crecimiento a largo plazo.
Las correas para perro con incrustaciones de cristales, los spas para animales y las guarderías para perros son parte del furor. En Sao Paulo, muchos restaurantes ya ofrecen menú para perros y un empresario de Río presentó recientemente una “cerveza para perros”. Sin alcohol, claro está.
La vida de una mascota en Brasil ya no se parece en nada a una vida de perros. O en todo caso a una “noche de perros” de lujo.