(CNNEspañol.com) – Cuando el ser humano tiene una pasión, se pueden lograr cosas maravillosas. Cuando el hombre tiene dos pasiones igualmente bellas, el resultado puede ser paradisiaco. Esa unión de dos pasiones es lo que uno puede descubrir en Haras de Pirque, en Chile, un lugar donde la crianza de caballos pura sangre se encuentra intrínsecamente ligada a la producción de vinos. Viñedos, campos, un centro de entrenamiento y una bodega con forma de herradura son testimonios físicos de esta exquisita unión en el valle del Maipo.