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(CNN) — A pesar de horas de excavación, un grupo de rescatistas no pudo salvar a dos niños que quedaron sepultados cuando colapsó la pared de un pozo sobre ellos en una zona de construcción en Carolina del Norte.

Los cuerpos de los primos, una niña de seis años y un niño de siete años, fueron encontrados en el fondo de un pozo de siete metros de profundidad este lunes por la mañana, más de 12 horas después de que una de las paredes del pozo colapsara, en la parte trasera de la casa de uno de sus familiares, de acuerdo con Dion Burleson, un vocero de la Oficina para el Manejo de Emergencias del Condado de Lincoln.

Los niños estaban en el fondo del pozo, aparentemente intentaban recuperar un pequeño pico de juguete, cuando ocurrió el colapso alrededor de las 18:00 hora local del domingo, según el alguacil del condado de Lincoln, David Carpenter.

El padre del niño estuvo trabajando en el pozo con una retroexcavadora esa tarde, según Carpenter, cuando ocurrió el accidente, a unos 32 kilómetros al noroeste de Charlotte.

Los rescatistas intentaron por horas salvar a los niños excavando a mano, sin éxito. Varias toneladas de tierra estaban sobre ellos, según Carpenter.

Uno de los cuerpos fue encontrado alrededor de las 6:00 hora local y el otro una hora después, según las autoridades.

‘Dios cuidará de ellos’

Según Carpenter, los investigadores no saben qué era lo que se construiría detrás de la casa.

Los vecinos dijeron a la televisora local WCNC, afiliada de CNN, que el agujero iba a ser un sótano.

Un familiar llamó al teléfono de emergencias 911 luego de que presenció el colapso, tras lo cual llegó un grupo grande de rescatistas, que comenzaron a excavar utilizando solo las manos y palas.

“Fue un proceso largo, pero cuando estás enfrentándote con tanto peso sobre un niño, no puedes usar maquinaria pesada sobre ellos para intentar sacarlos. Tienes que hacerlo a mano”, afirmó Burleson.

Otros familiares de los niños, algunos de ellos niños, esperaron por horas observando las tareas de rescate, mientras los vecinos intentaban consolarlos.

“No paraban de decir que habían estado demasiado tiempo allá abajo sin aire”, dijo Cybil Johnson, una de las vecinas. “Eso era lo que los niños estaban diciendo. Les dije: ‘Dios cuidará de ellos’”.

En el esfuerzo por rescatarlos participaron unos 75 rescatistas.

Un ingeniero de estructuras fue llevado al lugar para que intentara encontrar una forma de llegar a los niños sin causar que el pozo cediera y que causara más víctimas.

Para el domingo por la noche, las autoridades habían llevado equipo pesado para ayudar a estabilizar el pozo. Entonces comenzó la recuperación de los cuerpos.

Deanna Hackney, Jason Hanna, Adam Shivers y Maria P. White contribuyeron con este reporte.