Por Miguel Salay y Mariano Castillo

Ciudad de Guatemala (CNN) — Hace una semana, el juicio por genocidio del exdictador guatemalteco Efraín Ríos Montt parecía ir hacia una conclusión histórica. Hoy, se encuentra en un punto muerto, consecuencia de errores de procedimiento que han añadido incertidumbre al proceso.

La Corte Constitucional del país comenzó el martes a responder algunas de las preguntas legales que demoran el proceso. Sin embargo, la más importante, la de si se anula el proceso de juicio, está aún por aclararse.

La corte dictaminó que el expediente debe ser transferido de la jueza que supervisaba el proceso a otra que en alguna ocasión ya estuvo involucrada en el caso, pero a la cual se le quitó del mismo.

La nueva jueza, Carol Patricia Flores, es la misma que dictaminó la semana pasada que todos los testimonios escuchados en el juicio quedaban anulados y que el proceso debía volver a una fase previa al juicio.

Los demandantes apelaron la sentencia y aguardan la decisión de la Corte Constitucional.

Los cargos contra Ríos Montt, quien gobernó Guatemala entre 1982 y 1983, son históricos porque es la primera vez que un exjefe de Estado es juzgado por genocidio por el sistema de justicia de su propio país.

Ríos Montt y su entonces jefe de inteligencia, Mauricio Rodríguez Sánchez, están acusados de responsabilidad en la muerte de más de 1.700 indígenas mayas de la etnia ixil.

La defensa de Ríos Montt sostiene que el líder nunca ordenó el exterminio de los ixil.

Durante más de tres semanas, el juicio pasó a un ritmo más rápido bajo la jueza Yassmin Barrios, con docenas de testigos declarando por día.

Decenas de mayas ixil narraron los brutales asesinatos y violaciones que padecieron, historias que a menudo dejaban boquiabiertos a los espectadores del proceso.

Los abogados de Ríos Montt también presentaron su caso, al decir que en ninguna parte existen registros de que él ordenó los asesinatos de ixil. El grupo maya no fue seleccionado por su origen étnico, dijeron los abogados.

El juicio casi llegaba al punto de los alegatos finales cuando Flores lo frenó con su resolución sobre la nulidad del testimonio.

El grupo de tres jueces de la Corte Suprema que supervisa el proceso había continuado con el juicio a pesar de las objeciones no resueltas en los procedimientos en los tribunales de primera instancia.

Flores decretó que, debido a que no habían sido resueltos todos los temas de los tribunales de primera instancia, no era válido el actual proceso.

El caso regresó a las manos de Flores, pero hasta que la Corte Constitucional resuelva sobre la apelación, no existe certeza de que el caso vaya a volver su fase previa al juicio. Todavía hay posibilidades de que el juicio continúe donde se quedó, pero ahora con Flores como jueza.

Sin embargo, otras resoluciones relacionadas que el martes dictaminó la Corte Constitucional, apuntan lo complicado que resulta desenmarañar la red legal.

La corte dictaminó que el tribunal de primera instancia se había equivocado al desestimar a uno de los abogados de Ríos Montt durante el primer día del juicio. La Corte Constitucional también dijo que el tribunal se equivocó al ordenar que los abogados del coacusado con Ríos Montt también defendieran al gobernante.

Ríos Montt llegó al poder con un golpe de Estado y encabezó una junta militar mientras Guatemala se encontraba en una sangrienta guerra civil entre el Ejército y las guerrillas izquierdistas. La guerra terminó en 1996, con un saldo de más de 200,000 muertos y un millón de refugiados.

Mariano Castillo, de CNN, escribió este artículo y colaboró desde Atlanta. El periodista Miguel Salay reportó desde la Ciudad de Guatemala.