Los maestros suelen interactuar con los niños según el temperamento y la personalidad de cada uno.

Por Lisa Sylvester

(CNN) — Cuando Alec Fanaroff piensa en su segundo año de primaria, este es el recuerdo que le viene a la mente: Su maestro de matemáticas entregaba dulces al final de la clase a los estudiantes que respondían preguntas correctamente. Fanaroff respondió correctamente en numerosas ocasiones, pero nunca recibió dulces.

Puede ser un incidente pequeño, pero para Fanaroff fue algo que se quedó grabado en su memoria. “Para otros estudiantes puede ser desmoralizante no estar del lado que recibe favoritismo”, dijo.

Algunos de los ejemplos que Fanaroff vivió durante sus años en primaria y secundaria fueron menores, como el incidente de los dulces. Otros fueron más significativos, como una extensión en la fecha de entrega de una tarea.

El tema provoca un debate: ¿Los maestros tienen favoritos? ¿Si un maestro tiene un estudiante favorito, eso lleva a un favoritismo descarado? ¿Comienza en preescolar? ¿Después? ¿Es dañino? ¿No debería querer que mi hijo sea su favorito? ¿Qué se puede hacer si un niño es o no un favorito?

Encontrar las respuestas

“Diría que, en primer lugar, los maestros hacen lo posible para tratar a todos los niños justamente”, dijo Dryw Freed, quien ha enseñado durante 16 años en escuelas públicas en Estados Unidos. “Con eso dicho, solo somos humanos y respondemos de manera diferente a niños diferentes”.

Pero no es tan simple como tener un favorito. En una clase de 27 estudiantes, dice Freed, la mayoría de los niños rotarán y tendrán “momentos de ser uno de (sus) favoritos”.

“Con muy pocas excepciones, cada niño tiene algo que hace que sea amado por un profesor, así que no tienden a haber favoritos claros y dramáticos”, dice Freed. “No es un caso de pocos favoritos y un montón de cabras. Es más como una colección de personas pequeñas hermosas, divertidas y amadas. Y un par de ellos tienden a destacar ligeramente en un extremo del espectro u otro”.

Puede que los padres no quieran admitir esto, pero una parte de ellos quiere que sus hijos sean los favoritos del profesor, o al menos que no sean ese niño que siempre parece estar en problemas.

“Esperamos que nuestro hijo les recuerde a uno de los suyos y tengan ese lugar blando para ellos, por así decirlo”, explica la médico Melissa Arca, una pediatra y madre de dos hijos que escribe para el blog Confessions of a Dr. Mom.

Pero Arca dice que los padres tampoco quieren que sus hijos sean consentidos.

“Creo que también queremos que nuestros hijos sean responsables y que no se les haga ningún favor, y creo que la mayoría de los padres también son sensibles en cuanto a eso”, dice Arca.

¿Qué pasa si tu hijo no es el favorito?

Marie Hartwell-Walker es una terapeuta experta en paternidad y autora en PsychCentral. Dice que si tu hijo se encuentra en términos difíciles con un profesor, aquí hay algunos puntos que considerar:

• Piensa global. ¿Este es un incidente aislado o parte de un patrón?

• No seas automáticamente reactivo. Toma en cuenta la perspectiva del profesor. Considera que tal vez tienen más asignaciones, clases con más alumnos y menos recursos. Los profesores también son humanos.

• Intenta obtener un panorama completo de lo que ocurre. Tu niño de ocho años puede tener una postura diferente que un profesor de 42.

Si tu hijo está crónicamente molesto, dice Hartwell-Walker, debes hablar con el profesor.

“Tu hijo está en la escuela 180 días del año. Tú no querrías trabajar para un jefe al que no le caes bien durante 180 días”. (La Secretaría de Educación Pública indica que en México hay 200 días de clase)

Hazlo en una manera que no sea agresiva. “La cooperación padre-profesor es importante… ponte en la misma página sin importar cuál sea el problema”, dice Hartwell-Walker.

Arca concuerda en que la relación padre-profesor es una asociación que sólo puede funcionar con comunicación abierta y honesta y con las mejores intenciones para el niño.

Dice que los profesores interactuarán con cada niño basándose en el temperamento y personalidad única del estudiante.

“No todos los niños necesitarán tiempo extra o ayuda con la lectura. No todos los niños necesitarán esa persuasión extra o gentileza cuando se les pide que se unan a un grupo. Así que quizá pueda parecer que en algún momento u otro un niño en particular es favorecido en alguna forma… bueno, quizá ese niño necesita esa ayuda extra”, dice Arca.

Arca dice que esta cita, que compartió con ella la profesora de su hija, puede aplicarse a padres y profesores en el caso de los favoritos.

“La justicia no es darle a todos lo mismo. Justicia es darle a todos lo que necesitan”.

¿Fuiste beneficiario o víctima de favoritismo de parte de los profesores? ¿Qué hay de tus hijos? Comparte tus experiencias en los comentarios.