(CNNMéxico) — Los 23 miembros de Hezbollah que murieron en un enfrentamiento con rebeldes sirios remarcan la tensión entre los poderes externos que poco a poco inciden con mayor visibilidad en el levantamiento contra el régimen de Bachar al Asad.
En su lucha por el control de Qusayr, una ciudad del oeste de importancia estratégica en Siria, los rebeldes sirios bombardearon este domingo zonas militares de Hezbollah a través de la frontera libanesa, de acuerdo con el Ejército de Liberación Sirio.
Hezbollah, a favor del régimen y de la milicia chiita proiraní y considerado un grupo terrorista peligroso por Estados Unidos y los países sunitas, lucha junto con las fuerzas de seguridad del presidente Bachar al Asad.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, habló el lunes con su homólogo libanés, Michel Sleiman, y “expresó su preocupación por la actividad de Hezbollah en Siria peleando en nombre del régimen de al Asad, algo que va en contra de las políticas del gobierno de Líbano.
En los desarrollos más recientes del conflicto, las facciones al interior de Siria han recibido apoyo por medio de alianzas informales con actores externos como Líbano, de donde los rebeldes reciben suministros para el combate, y de Hezbollah, que pelea a favor del presidente Bachar al Asad.
Fawaz Gerges, de la London School of Economics, dijo a CNN a principios de mayo que lo que ocurre en Siria es una guerra indirecta que tiene a la rebelión, Israel y los estados occidentales en un bando y a Irán, Hezbollah y al régimen sirio, en el bando contrario.
La ciudad de Qusayr, donde murieron los miembros de Hezbollah, tiene una ubicación estratégica para el dominio de la zona oeste de Siria. Por su proximidad a Líbano, la ciudad significa una ruta de recursos para las fuerzas rebeldes. Para el gobierno sirio es un punto intermedio entre Damasco, la capital de Siria, y los simpatizantes del régimen en la costa del Mediterráneo.
Este lunes, la Agencia Siria de Noticias Árabes citó a un oficial que habló sobre las operaciones militares en la ciudad y dijo que el Ejército había decomisado un vehículo israelí usado por los “terroristas”, término que usa el régimen para referirse a la oposición. Un vocero militar de Israel dijo que el Ejército no usaba el vehículo desde hace más de una década.
A principios de mayo, Estados Unidos responsabilizó a Israel de los ataques aéreos en instalaciones militares sirias, pero las autoridades israelíes rechazaron estar involucradas. El gobierno sirio consideró que los bombardeos en sus centros de investigación militar en el límite de la capital eran una “declaración de guerra” por parte de Israel.
A pesar de que Israel negó su intervención en el conflicto sirio, el legislador de la Knesset, Shaul Mofaz dijo a la Radio del Ejército Israelí que el país debía protegerse de los militares libaneses. De acuerdo con funcionarios de Estados Unidos, la preocupación principal de Israel es la posible transferencia de misiles iraníes a la milicia libanesa de Hezbollah, que implican una amenaza para el Estado judío.
La guerra civil en Siria ha causado unos 80.000 muertos y ha desplazado a cerca de dos millones de personas, según las Naciones Unidas.