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Por Elizabeth Dunn y Michael Norton, especial para CNN

Nota del editor: Elizabeth Dunn y Michael Norton son coautores de “Happy Money: The Science Of Smarter Spending” (“Dinero feliz: la ciencia del gasto inteligente”) y profesores de la Universidad de Columbia Británica y la Harvard Business School, respectivamente.

(CNN) – La lógica es simple: si hoy trabajo duro, el dinero que gane me dará la oportunidad de hacer en el futuro las cosas que me hacen feliz.

¿Dónde está el truco? Resulta que cuando trabajar y ganar dinero se convierte en un hábito, puede ser difícil detenerse. En vez de utilizar nuestro tiempo para ganar la mayor cantidad de dinero, nuevas investigaciones sugieren que deberíamos utilizar nuestro dinero para comprar momentos más felices.

Increíblemente, los más adinerados pasan la misma cantidad de tiempo que el resto de las personas en cosas que no disfrutan, como viajar al trabajo. Y, claro, trabajar demasiado.

Los investigadores no tuvieron muchas dificultades en convencer a las personas de trabajar más y disfrutar menos. En el estudio, se les dijo a los participantes que el objetivo era maximizar su felicidad. Podían dedicarse al “ocio” escuchando música placentera o al “trabajo” apretando un botón que activaba un ruido molesto.

Por cada diez veces que apretasen el botón, se les pagaba con un chocolate. Durante cinco minutos, podían apretar el botón todas las veces que quisieran y recibir chocolate ilimitados, los que solo podían ser consumidos al final de la prueba. Allí, tenían cinco minutos para comer sus ganancias, con apenas una regla: no podían llevarse lo que sobrara a sus casas.

Este sencillo estudio captura el dilema de la vida moderna. Con suficiente talento y trabajo duro, podemos ganar más y más dinero, pero nunca tendremos el tiempo para disfrutar de los frutos (o chocolates) de nuestro esfuerzo.

Los científicos descubrieron que la mayoría de las personas trabajaron muy duro durante los primeros cinco minutos; tan duro que les fue imposible comerse todos los chocolates en los últimos cinco minutos. Esta es la maldición del trabajo. Nos concentramos tanto en ganar dinero que olvidamos hacernos el tiempo para disfrutarlo.

Para solucionar el problema, los investigadores pusieron un límite a la cantidad de chocolates que podían obtener los participantes. ¿Qué sucedió? Limitar las ganancias potenciales derivó en un aumento de la felicidad.

Fuera del laboratorio, ya en el mundo real, la mayoría de las personas no se ofrecería para trabajar con un límite de ingresos. Aun así, muchos podríamos beneficiarnos si repensamos la ecuación entre tiempo y dinero.

La investigación sugiere que muchas personas se beneficiarían preguntándose algo básico antes de sacar la billetera: ¿cómo afectará mi tiempo esta compra? Si tu hijo insiste en tener una mascota, podrías pagar 50 dólares por un pececito, un tanque y un año de comida para peces, o bien podrías gastar unos cuantos miles de dólares en un labrador.

Comparado con el de un pez, el cuidado de un perro demanda otros tiempos y otros precios. Pero lo que muchos no tienen en cuenta es que un perro bien puede transformar la calidad de esos tiempos. Tener un perro nos lleva a sacarlo a pasear diariamente y a conversar con otros dueños de perros. Estudios demuestran que el ejercicio y la conversación son algunas de las formas más felices de utilizar nuestros tiempos.

Algunas formas de socializar son mejores que otras.

Nuestra investigación sobre las citas online muestra que quienes las utilizan pasan cinco horas por semana navegando en los sitios y otras siete escribiendo y respondiendo mensajes. Todo para pasar apenas dos horas en una interacción real cara a cara.

Varios de estos servicios son baratos o gratuitos. Otros, incluso siendo más caros, pueden reducir los costos del tiempo invertido conociendo nuevas personas. Algunas compañías ofrecen la posibilidad de participar de diversas actividades grupales, desde catas de vinos hasta viajes en globo. No hay garantía de que conozcas a tu alma gemela, pero pagar un poco más por lo menos garantizará que disfrutes el momento.

¿No tienes el tiempo o el dinero para un viaje en globo?

Si eres como la mayoría de los estadounidenses, bien podrías culpar a tu carro. En promedio, los estadounidenses trabajan dos horas por día solo para costear sus vehículos. Los viajes hacia y desde el trabajo son algunas de las actividades menos felices de un día cotidiano. Un estudio en Alemania sugirió que un trabajador común necesitaría una suba salarial del 33% sólo para neutralizar el costo en felicidad de un viaje de 20 minutos a su lugar de trabajo.

Parecería razonable solucionar este asunto invirtiendo en un mejor carro. Es un error. Gastar dinero en un auto es un mal negocio para la felicidad.

Aunque la gente crea que disfrutaría más conduciendo un BMW que un Ford Escort, las investigaciones sostienen que los conductores no son más felices por manejar un automóvil caro al trabajo. En síntesis, los estadounidenses pasan dos horas de cada día trabajando para algo que mejora poco su felicidad.

Incluso con salarios más bajos, mucha gente se beneficiaría trabajando cerca de su hogar o del transporte público.

Concentrarnos en cómo el dinero puede mejorar nuestro tiempo, y no tanto en cómo el dinero puede aumentar nuestro patrimonio, ofrece la posibilidad de mayor felicidad.

Por supuesto, mantener este foco puede ser un desafío ante la aparición permanente de nuevos y deslumbrantes productos. Por ejemplo, el nuevo control remoto Harmony Ultimate, a 350 dólares, te permite controlar tu televisor y otros 14 dispositivos con una pantalla táctil de última generación.

Sería mejor, sin embargo, pensar en cuánto tiempo pasas viendo televisión (según los estudios, ver mucha TV atenta contra nuestra felicidad). En vez de tomar el control de tu sistema de entretenimiento, toma control de la ecuación entre tiempo y dinero, incluso aunque tengas que renunciar a varios chocolates.