Por Peter Shadbolt
(CNN) — Es una historia que podría haber salido de una novela de Charles Dickens: un joven indio trabajó día y noche en una fábrica de ropa para reunir el dinero para pagar la fianza que daría la libertad a su madre.
Este mes, luego de su incansable labor de costura en una fábrica de textiles, Kanhaiya Kumari, de 19 años, reunió las 5,000 rupias (172 dólares) que necesitaba para pagar la fianza de su madre.
Su madre, Vijaya Kumari, de 48 años, estaba embarazada de cinco meses cuando la arrestaron en 1993 por su relación con el asesinato de un vecino en el distrito Aligarh, en India, según la filial de CNN, IBN.
Sentenciada a cadena perpetua, negó las acusaciones y en 1994 la otorgaron la libertad bajo fianza hasta su apelación, pero su esposo se negó a pagar la fianza.
“Ninguno de mis familiares ni los de mi esposo vinieron a ayudarme”, dijo a CNN. Madre e hijo permanecieron en la prisión de Nari Niketan en Lucknow, en la provincia de Uttar Pradesh, hasta que enviaron a Kanhaiya a una institución preventiva juvenil a los seis años de edad. “Estaba muy triste”, dijo Kanhaiya a cNN. “Sin ella, estaba solo”.
Lo liberaron el año pasado, tras pasar siete años separado de su madre; de inmediato se dispuso a conseguir un empleo para pagar la fianza de su madre.
“No tenía empleo y tenía que sobrevivir”, dijo su patrón, AH Rehman. “Pidió un empleo que le diera suficiente para vivir, así que le conseguí trabajo en una fábrica de ropa”.
Unos 19 años después de que encarcelaran a su madre, Kanhaiya pagó la fianza en el Tribunal Superior de Allahbad y logró su liberación. “Trabajé muy, muy duro para reunir el dinero para liberar a mi madre”, relató. “Ahora estoy muy contento”.
El caso ha llevado a que el Tribunal Superior revise minuciosamente las prisiones de Uttar Pradesh. La corte solicitó una lista de los internos a los que se otorgó fianza que permanecen olvidados en prisión.
Los tribunales de India son famosos por su ineficacia: existen casos con décadas de retraso. Según la Comisión de Derechos Humanos de Asia, las confesiones son la base del sistema penal de India y dificulta notablemente a los tribunales la labor de emitir condenas.
La comisión calcula que la tasa de condenas por delitos graves es de apenas el 4% en los casos que se juzgan en las cortes del país.