(CNN) — Ella es un símbolo de las protestas violentas en Turquía. En las redes sociales la conocen como La chica de rojo.

Con un vestido veraniego de color rojo, la mujer caminaba entre los manifestantes en la plaza Taksim en Estambul cuando un policía le echó gas pimienta con tal fuerza que levantó su cabello.

Ella no pudo hacer más que voltearse para evitar el spray tóxico. El agente, que usaba una máscara antigases, se le acercó y le roció más gas en la nuca. Mientras los policías apuntaban contra otros manifestantes, ella se cubría la boca.

Las fotos del incidente han tenido una gran difusión en las redes sociales en los últimos días. Algunos medios internacionales la han calificado como un “símbolo” del movimiento en contra del gobierno del primer ministro, Tayyip Recep Erdogan.

“Esa foto resume la esencia de esta protesta”, dijo a Reuters un estudiante de nombre Esra. “La violencia de la policía contra los manifestantes pacíficos, la gente que solo trata de protegerse a sí misma y a lo que valoran”.

Las imágenes también han inspirado caricaturas y grafitis en Turquía y en todo el mundo. Al parecer, tan solo ver a una mujer vestida de rojo caminando en público tocó una fibra sensible en las mujeres de la región.

Zeinobia, una bloguera egipcia, tuiteó: “Como la mujer de rojo de Turquía, desearía poder usar un vestido como ese en el centro de El Cairo sin temor, sin protestas, sin acoso sexual”.

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Pero esa mujer de rojo dijo a CNN este miércoles que no deseaba formar parte de esto.

Lo que pasa en Turquía es una “revuelta del pueblo”, dijo.

Ceyda Sungur admitió en una entrevista con la cadena de televisión turca TV 24 que se siente incómoda con su nueva fama. No quiere ser el símbolo de un movimiento.

“Había muchas personas en el parque y también las rociaron con gas lacrimógeno”, dijo. “No hay diferencia entre ellos y yo”.

Sungur agregó que no le sorprende cómo una protesta pacífica en contra de un plan para destruir un parque en Estambul se tornó en unamanifestación violenta.

Entre la multitud, algunas personas coreaban: “¡Renuncia, Tayyip!”.

“¡Hombro a hombro contra el fascismo!”, gritaban.

La policía antimotines intervino y arrojó gases lacrimógenos y gas pimienta. Los manifestantes respondieron y aventaron botellas, bloquearon las máquinas y levantaron barricadas. De repente formaban parte de un enfrentamiento.

Erdogan reconoció este sábado que las fuerzas de seguridad turcas habían usado gas lacrimógeno en exceso en contra de los manifestantes.

La confederación KESK de empleados del sector público convocó a una huelga de dos días en protesta contra lo que consideran como “fascismo” por parte de la facción política de Erdogan, el Partido de la Justicia y el Desarrollo.