Por Carlos Alberto Montaner

Nota del editor: Carlos Alberto Montaner es escritor y analista político de CNN. Sus columnas se publican en decenas de diarios de España, Estados Unidos y América Latina. Montaner es, además, vicepresidente de la Internacional Liberal. Su último libro es la novela “La mujer del coronel”.

El presidente Juan Manuel Santos sorprendió a la opinión pública internacional, y me figuro que también a la colombiana, cuando anunció que su país forjaría alguna suerte de vínculo con la Organización del Tratado del Atlántico Norte, OTAN.

Como se sabe, la OTAN es un pacto de mutua asistencia militar surgido a fines de los años cuarenta, producto de la Guerra Fría. Estados Unidos es el eje y la cabeza de ese acuerdo.

Durante décadas, esta alianza militar evitó un ataque por sorpresa de los soviéticos, quienes temían naturalmente las represalias. Tras el fin de la Guerra Fría, la OTAN ha contribuido, entre otras cosas, a liquidar la dictadura de Libia y para derrotar a los serbios durante la Guerra de los Balcanes.

Colombia sería el primer país latinoamericano que tendría esos nexos con la OTAN. Tras el anuncio de Santos, algunos países como Venezuela y Nicaragua han protestado porque dicen sentirse en peligro.

Mi opinión es la contraria. Los lazos entre Colombia y la OTAN contribuirán a preservar la paz.

Venezuela, que ha comprado modernos aviones y tanques de combate a Rusia y Bielorrusia, armas que sirven, fundamentalmente, para participar en conflictos internacionales, y que ha anunciado la creación de una enorme milicia de dos millones de personas, se lo pensaría dos veces antes de recurrir a la fuerza para solucionar cualquier conflicto que pudiera surgir con Colombia.

En caso de tensiones, veríamos a la OTAN funcionando como un elemento pacificador de disuasión, como sucedió durante la Guerra Fría.

A ese factor habría que agregarle otro aspecto importante: los militares dentro de la OTAN deben someterse a códigos de comportamiento estrictos, donde los excesos son castigados.

Por eso España, en época del socialista Felipe González, entró en la OTAN: González entendió que la institución le servía para disciplinar a sus propios militares.

En definitiva, a mi juicio, lo que ha anunciado Santos, si lo mantiene, redundará en beneficio de su país y de la paz. Es algo positivo.

(Las opiniones expresadas en este artículo corresponden exclusivamente a Carlos Alberto Montaner)