Elegancia en la tapa de un baño, es lo que Nina Katchadourian encontró en una serie de autorretratos desde un baño de avión.

Por Marnie Hunter

(CNN) — Ella es realmente sigilosa.

Desde 2010, Nina Katchadourian ha estado creando obras de arte inusuales desde su asiento en el avión… y ocasionalmente en el baño. En los 101 vuelos, en los que se ha encontrado en un estado “furiosamente alerta y creativo”, solo tres personas le han preguntado acerca de sus actividades en el aire.

Esas actividades incluyen fotografiar con su iPhone escenas de desastres, retratos del vecino de asiento tomados en la hebilla del cinturón de seguridad, esculturas con bocadillos y más, para un proyecto llamado Seat Assignment.

El proyecto de Katchadourian nació en 2010, durante un vuelo de Nueva York hacia Atlanta, cuando decidió que en vez de matar el tiempo o imaginar que no estaba atrapada en un tubo de metal, crearía cosas dentro de los límites materiales y espaciales de un avión.

“Es un experimento en proceso con la interesante tensión que existe entre la libertad y las restricciones”, dijo, “¿Qué puedes hacer con muy poco? Cuando te ves obligado a pensar de esa forma, empiezas a inventar y tienes que pensar expansiva y libremente para que algo pueda ocurrir”.

Esa libertad de pensamiento llevó a la artista de Brooklyn a crear una serie de autorretratos en el baño del avión, en los que se puso cubiertas para el asiento del retrete y toallas de papel estratégicamente para darle a las imágenes un toque del retrato flamenco del siglo XV.

Ese segmento del proyecto está terminado gracias a varias tomas en los baños durante un vuelo de 14 horas hacia Nueva Zelandia. Ese viaje fue particularmente productivo para Katchadourian, quien en 2011 se dirigía a hacer su residencia en Dunedin. Durante su viaje creó una exposición completa para la Galería Pública de Arte de Dunedin. Pero no siempre está tan activa en los aviones: a veces toma una siesta o ve una película, como el resto de nosotros.

CNN habló con Katchadourian recientemente acerca de su visión única de los viajes aéreos. La siguiente transcripción se editó por razones de espacio y claridad.

CNN: ¿Hablas con tus vecinos de asiento?

Es muy interesante. Siento que hace varios años había una actitud muy diferente respecto a esa especie de situación social con quien se sienta a tu lado; recuerdo que abordaba los aviones y me sentía un tanto emocionada y sentía curiosidad acerca de quién se sentaría a mi lado.

Ya sabes, se daba la inevitable conversación: “¿Cómo estás?” y “¿A dónde vas?”; siento que eso cesó en los últimos años. Eso es cada vez más raro.

Parece que es cada vez más común que la gente tome su asiento y simplemente quieren permanecer en su zona, es como si hubieras comprado una pequeña porción de espacio en el avión y tratas de no invadir. Así que no, no ha habido muchas conversaciones.

En 101 vuelos, exactamente tres personas me preguntan qué estoy tramando. Pienso que eso se debe en parte a que soy bastante sigilosa con lo que hago. Es decir, pienso que… la cámara del teléfono es importante porque esencialmente parezco una persona aburrida que trata de pasar el tiempo.

Estoy tomando estas instantáneas al parecer aleatorias de cosas que tengo frente a mí. En realidad no quiero que parezca que estoy haciendo arte. Quiero que parezca que soy una persona que está aburrida. Así que, de forma extraña, lo que trato de no ser se vuelve una especie de coartada.

Tal vez la pregunta más graciosa que me han hecho en un vuelo fue cuando volvía de Londres hacia Nueva York. Había estado ocupada haciendo una pequeña animación cuadro por cuadro en la mesita de mi asiento con una postal que compré en la Galería Nacional y un poco de azúcar que vertí sobre ella; la estaba golpeando suavemente con un dedo mientras tomaba fotos con la otra mano.

Estaba logrando que el azúcar tomara una forma de remolino sobre la imagen, terminé y empecé a trabajar en otra cosa, también con el azúcar y el hombre que estaba sentado junto a mí dijo: “Creo que la anterior estaba quedando mejor” y pensé, “Oh, tuve público y ni siquiera me di cuenta”.

CNN: ¿Cuándo empezaste a hacer los retratos en el baño?

Bueno, el primero lo hice en un vuelo nacional, creo que unos seis meses antes del viaje a Nueva Zelandia. Fue un momento muy espontáneo. Acababa de entrar al baño y antes de salir, tomé una de esas cubiertas de papel para el asiento del retrete, la puse sobre mi cabeza y pensé: “Vaya, qué extraño. Parezco una pintura flamenca”. Me pregunté por qué lo hice. En realidad no sabía.

Sin embargo, en aras del proyecto lo intentas todo, trato de no disuadirme de hacer algo. Si algo se me ocurre, lo intento. Luego pensé constantemente acerca de esa fotografía y pensé que realmente me gustaría hacer unas cuantas más.

Luego, en un tramo de 14 horas, entre San Francisco y Auckland, estaba bastante segura de que habría grandes lapsos en los que la gente estaría durmiendo y los baños no estarían ocupados. También confié en que me asignaron el asiento del pasillo, así que podría levantarme fácilmente sin molestar a nadie. Y en efecto, nunca hubo fila, la gente durmió durante horas en ese largo vuelo y tuve bastantes oportunidades para regresar y hacer más retratos como esos.

CNN: ¿Cómo es una toma de fotos en el baño? ¿Cuánto tiempo toma?

Bueno, mi primera incursión tal vez tomó unos cuantos minutos porque me sentía, no sé, simplemente pensaba: “Tengo que apresurarme. Tengo que hacer esto rápido. ¿Qué tal si hay alguien esperando para entrar?”. Pero nunca había nadie.

Tal vez fui unas cinco o seis veces al baño y creo que al final estaba pasando 15 minutos ahí dentro, cómodamente, sin preocuparme demasiado. Esa serie la tomé en ese vuelo. Esa serie está terminada. No le he agregado nada. Está hecha. Lo considero un proyecto terminado.

CNN: Esas fotos son un tanto divertidas y optimistas. ¿Crees que eso te distingue de otros viajeros?

Bueno, de hecho no todas son divertidas y optimistas. Creo que es importante ver a toda una categoría de fotos que pertenecen a este proyecto como una reflexión acerca de la ansiedad que siento al viajar. Hay toda una categoría titulada Desastres en la que desmorono pretzels y creo derrumbes, o tomo un poco de pelusa de mi suéter y hago volutas de humo que salen de los motores de un avión y toda esa clase de cosas imaginarias que podrían salir mal.

También hay una forma de ver Seat Assignment: como un proyecto que me ayuda a lidiar con el constante —para mí es constante — estrés que me provoca viajar. Ya sabes, cuando vuelas, vas dentro de este tubo metálico con un par de cientos de personas desconocidas, surcando el espacio.

Por un lado, esto se ha vuelto muy común y es como subirse a un autobús, pero por el otro, hay momentos en los que pienso: “Esto es una locura” y me provoca mucha ansiedad pensar en que algo salga mal.

Creo que para mí, Seat Assignment es un proyecto muy absorbente que me distrae; cuando estoy realmente absorta haciendo algo, estoy muy satisfecha. Estoy realmente feliz, realmente absorta, creo que podría decirse que vivo realmente el momento, no estoy sentada preocupándome ni me siento aplastada en mi asiento, no me siento ansiosa ni incómoda cuando hay turbulencias o algo así. Así que el proyecto realmente tiene… muchos elementos dentro de él.

CNN: ¿Sigues el mismo procedimiento cuando viajas con alguien?

Diría que el 90 % son viajes de trabajo, por lo que usualmente viajo sola. Cuando junto a mí va alguna persona conocida, ni siquiera tengo qué preguntarme qué estará pensando porque me conocen. Eso también forma parte del reto: qué tan lejos estoy dispuesta a llegar… En realidad no quiero que el proyecto se vuelva invasivo… La goma de mascar, por ejemplo. He hecho algunas cosas con goma de mascar, pero… realmente no quiero hacer cosas con goma de mascar si junto a mí hay un desconocido porque siento que es un poco descortés.

CNN: ¿Esta serie tendrá un final?

No lo sé. Por ahora sigue adelante y sigo agregando cosas; realmente siento que aún no se ha desarrollado del todo. Mientras sienta eso, seguirá en proceso.

Algunas de las obras del proyecto Seat Assignment de Katchadourian estarán en exhibición hasta el 15 de septiembre en la galería Turner Contemporary, en Margate, Inglaterra. La exposición se titula: Curiosity: Art and the Pleasures of Knowing (Curiosidad. El arte y el placer de saber). En junio se inaugura una exhibición en la Galería Saatchi en Londres, en la que también se mostrarán algunas de sus obras.