Por Gabriel Falcón
(CNN) — Los Soprano lo hizo una estrella, pero el ascenso a la fama de James Gandolfini comenzó con una pequeña película estudiantil en 1989. Interpretó a un proxeneta llamado Mike, el papel del chico rudo que fue el debut en pantalla del nativo de Nueva Jersey, Estados Unidos.
No le pagaron a Gandolfini por su actuación en Eddy, pero dejó una impresión duradera en el director David Matalon.
“Fue realmente intenso y siempre estuvo preparado en set”, dijo Matalon, quien realizó la película con 10.000 dólares solamente cuando era estudiante de la Universidad Nueva York en Estados Unidos. “Estaba realmente enfocado. Y realmente amaba actuar. Puedes ver que era un tipo que estaba muy consciente del trabajo”.
Eddy era una película noir (cine negro) moderna, en la que el protagonista se enamora de una chica trabajadora llamada Marge. Cuando deciden huir juntos, Mike interpretado por Gandolfini asesina a Eddy y accidentalmente también le dispara a Marge.
Gandolfini tenía 27 años y trabajaba como portero en ese momento, dijo Matalon. Escogió a Gandolfini después de entrevistar a aproximadamente 15 actores para el papel. “Ninguno de ellos fue muy convincente y amenazante”, recordó Matalon, “y luego él lo obtuvo”.
“Entró y también la chica que me ayudaba a hacer la película, comenzó a hacer el monólogo y ella se acurrucaba detrás de mí y dije ‘en lo que a mí respecta, tienes el papel’”.
Matalon recordó el momento en que Gandolfini entró al set por primera vez.
“Este tipo gigante aparece en el elevador. Realmente estaba en forma, realmente marcado. Hay una escena en la que arroja al chico a la cámara y en realidad arrojó al chico tan lejos en el aire que saltó y cayó al suelo”.
Serían cuatro años antes de que Gandolfini apareciera en True Romance, su primer papel grande en Hollywood y una década antes de que Los Soprano lo convirtiera en un ícono de la televisión.
Pero de vuelta en 1989, el imponente joven actor apenas comenzaba en una carrera que terminó el mes pasado con su muerte a los 51 años.
“Era un tipo grandioso”, dijo Matalon, quien es un guionista, productor y cineasta. “Podías ver que había una ligera peligrosidad en él. Lo mantenía emocionado, pero nunca dejó que superara su profesionalismo”.