Por Erika Clarke
Chicago (CNN) — Dirigir una organización de beneficencia no es fácil, ni siquiera en los buenos tiempos.
Peor aún, te imaginas intentarlo durante una recesión.
“Las donaciones individuales han disminuido. Las fundaciones que nos financian han perdido dinero y no pueden dar lo mismo que antes”, dijo Jim LoBianco, director ejecutivo de StreetWise Inc., una organización no lucrativa de Chicago que ayuda a hombres y mujeres sin hogar o que están en riesgo de caer en la indigencia. “Estamos en un momento difícil”.
Sin embargo, el trabajo de LoBianco fue más fácil una vez que conoció a Judson Kinnucan.
Kinnucan, de 37 años, tiene la misión de recolectar bienes donados en Chicago, seleccionarlos y llevarlos a las organizaciones benéficas que los necesiten.
Para LoBianco, la ayuda se presentó en forma de artículos de baño gratuitos para los refugios con los que trabaja StreetWise. Ahora, Kinnucan entrega cada mes unos 100 kilos de shampoo, acondicionador y crema donados, además de unos 1.000 rollos de papel higiénico.
LoBianco calcula que durante los tres años que han trabajado juntos, Kinnucan les ha entregado de forma gratuita productos con un valor superior a los 20.000 dólares (250.000 pesos).
“Judson entabla relaciones con los donadores, obtiene esos productos y nos los trae”, dijo LoBianco. “El que haya alguien dispuesto a hacer todo el trabajo difícil puede hacer que ahorre un empleado de tiempo completo en agencia como la nuestra. No puedo definir lo invaluable que es”.
Más de 200 organizaciones de beneficencia en todo Chicago gozan de la singular ayuda que brinda Kinnucan. Desde 2009, ha reunido 70.000 kilos de artículos —con un valor estimado de más de un millón de dólares — a través de su organización no lucrativa, Bin Donated.
La idea es sencilla. Coloca contenedores de 200 litros por toda la ciudad, en zonas residenciales y en negocios como consultorios dentales y hoteles, en los que la gente puede depositar artículos reutilizables.
Luego, cada fin de semana, reúne los artículos donados, los selecciona con la ayuda de unos voluntarios y los distribuye entre las organizaciones no lucrativas que los necesitan.
“Cuando la gente llega a un contenedor, ven en el letrero exactamente lo que se necesita… Me aseguro de que todo sea muy concreto”, dijo Kinnucan. “Investigo y descubro qué se necesita y lo recolecto o encuentro lugares donde hagan falta”.
A Russell Eiermann, director de limpieza del Hotel Drake de Chicago, siempre le molestó que las camaristas tuvieran que desechar los artículos de baño a medio usar que quedaban cuando un huésped partía. Trató de encontrar grupos que fueran a recoger esos artículos, pero por varias razones nunca había funcionado. Entonces, encontró a Kinnucan.
Ahora, el personal de Eiermann recolecta los productos de cortesía usados y los colocan en los barriles de Bin Donated al terminar el día. Cuando los contenedores se llenan, Kinnucan los recoge.
“El que venga a llevarse esto y se lo entregue a alguien que lo necesite, es un alivio”, dijo Eiermann. “Es agradable saber que mi personal lo apoya y que hay personas beneficiadas en lugar de solo tirarlo”.
A la mayoría de las organizaciones de beneficencia no les importa recibir artículos parcialmente usados.
“Para nuestros clientes no importa la estética”, dijo LoBianco. “Las cosas no lucen tan bonitas como si fueras a comprarlas a una tienda. El hecho es que esos artículos, ya sea un jabón, un shampoo, o medio rollo de papel higiénico, son cruciales para los hombres y mujeres a los que atiende StreetWise”.
La idea de Bin Donated surgió cuando un amigo de Kinnucan organizaba un evento de “limpieza de armarios”. El amigo preguntó a Kinnucan si sabía de alguien que pudiera recoger todas las donaciones. Kinnucan no conocía a nadie, pero tuvo una epifanía.
Recientemente dejó su empleo como reclutador de personal. Tal vez podría hacer algo parecido para las organizaciones de beneficencia.
“Sería el intermediario. Encontraría los artículos, los recogería y los entregaría”, dijo. “Podría ahorrar tiempo y dinero a estas organizaciones para poder concentrarse en lo que hacen”.
La mayoría de las donaciones son productos para la higiene, como los que entrega a StreetWise. Sin embargo, con el tiempo, ha reunido y distribuido miles de kilos en alimentos y útiles escolares, juguetes y libros.
En la localidad lo conocen como el hombre que acepta cualquier donación.
Una empresa colaboró con 8,000 sacapuntas y Kinnucan los llevó a las organizaciones que trabajaban con niños.
Otra empresa donó 150 relojes con alarma; Kinnucan los entregó a una organización no lucrativa que ofrece alojamiento a personas con enfermedades mentales.
Cuando un hotel reemplazó 75 hieleras y 55 cafeteras, Kinnucan las repartió entre varias organizaciones de beneficencia de la zona.
“La idea de la recaudación de donaciones ha existido desde hace mucho”, dijo Kinnucan. “La diferencia es que yo reúno cosas para todos”.
El trabajo de Kinnucan tiene otro beneficio: al entregar los artículos a quienes los necesitan, también evita que lleguen a los vertederos.
“Para muchas empresas o personas, es más fácil desecharlos: ojos que no ven, corazón que no siente”, dijo. “Así que en realidad el concepto de Bin Donated es reducir, reusar y reciclar, tener la oportunidad de que alguien más use ese artículo, sea lo que sea”.
“Es una situación en la que todos ganan. Ayudamos a las organizaciones de beneficencia y al ambiente al mismo tiempo”.
Después de trabajar tiempo completo en el proyecto durante casi dos años, Kinnucan trabaja otra vez como reclutador y dirige la organización durante los fines de semana. Tras invertir todos sus ahorros y 401.000 dólares más en ella, le encantaría llegar algún día un nivel nacional.
“Si me ganara la lotería, lo haría más grande”, dijo. “Pero (en este momento) no puedo, así que seguiré ayudando a la gente de Chicago. Me ensucio y sudo, es un trabajo arduo, pero es divertido y me hace feliz. Quiero hacer la diferencia y eso es lo que hago”.