Por Tom Cohen, Holly Yan y Greg Botelho, CNN
(CNN) — Los demócratas y los republicanos estadounidenses tenían este jueves percepciones radicalmente distintas sobre el acuerdo que aprobó el Congreso y que firmó el presidente, Barack Obama, con el que se puso fin al cierre parcial del gobierno que duró 16 días y con el que se evitó una posible suspensión de pagos.
El acuerdo se interpreta como una victoria para Obama porque no contemplaba los cambios que los conservadores querían aplicar a su plan estrella de reformas de salud, el Obamacare.
El presidente emitió un comunicado duro y sombrío en el que desafió a la derecha republicana a abandonar su ideología antigubernamental y a cambiar la forma en la que se hacen las cosas en Washington.
El enfrentamiento “infligió un daño completamente innecesario para nuestra economía” al desacelerar el crecimiento e incrementar los costos de la deuda; Obama declaró que “en esto no hay ganadores”. El presidente señaló que las tácticas carentes de compromiso de la facción republicana del Partido del Té en el Congreso provocaron las políticas arriesgadas que acercaron peligrosamente a Estados Unidos a la primera suspensión de pagos de la historia y dijo que “el pueblo estadounidense está totalmente harto de Washington”.
“Trabajemos juntos para que el gobierno funcione mejor en vez de tratarlo como si fuera un enemigo o hacer deliberadamente que funcione peor”, dijo Obama, asestando un golpe directo a los conservadores del Partido del Té.
“¿No les gusta una política o un presidente en particular? Entonces defiendan su postura con argumentos. Salgan y ganen una elección”, agregó. “Busquen cambiar las cosas, pero no las destruyan” porque “eso no es ser fiel a la esencia de este país”. Dijo: “No podemos caer en el odio”, y terminó citando una parte del Juramento de Lealtad que establece que Estados Unidos es “un país regido por Dios, indivisible, en donde hay libertad y justicia para todos”.
Un asistente del senador Ted Cruz, quien encabezó el ataque del Partido del Té, que buscaba condicionar la continuación de la entrega de recursos gubernamentales a la obstrucción a Obamacare, dijo a Dana Bash, de CNN, que el republicano de Texas no descarta ni propone nada respecto a otro posible cierre a principios del año próximo cuando se cumplan los siguientes plazos fiscales importantes.
Aunque ningún otro líder republicano ofreció una declaración oficial, un asistente del partido republicano dijo a Bash que “los comentarios del presidente no están pensados para cooperar con este proceso, sino solo para repartir culpas por adelantado” respecto a las próximas batallas sobre el presupuesto, la reforma inmigratoria y otros temas que se tratarán en el Congreso.
El estancamiento legislativo llegó a su fin cuando los republicanos cedieron ante la insistencia de Obama y los demócratas de que la ley sobre el financiamiento del gobierno y el aumento del límite de la deuda federal deberían estar libres, al menos en su mayor parte, de tácticas y problemas partidistas.
Después de todas las rencillas y las declaraciones estridentes, los miles de millones de dólares perdidos y la confianza desperdiciada, el resultado fue algo parecido a una tormenta en un vaso de agua.
Los republicanos duros, cuya oposición a las reformas al sistema de servicios de salud de Obama puso en marcha el cierre y la crisis del techo de la deuda, casi no lograron nada, salvo tal vez estropear su reputación.
El acuerdo que el Congreso aprobó apresuradamente el miércoles por la noche y que Obama firmó por la madrugada del jueves solo posterga las cosas, ya que solo contempla la financiación del gobierno hasta el 15 de enero y el aumento del techo de la deuda hasta el 7 de febrero.
También se dispuso que la Asamblea de Representantes en poder de los republicanos y el Senado encabezado por los demócratas entablen negociaciones para llegar a un acuerdo general sobre el presupuesto del gobierno para el año fiscal que termina el 30 de septiembre.
Idealmente, un compromiso sobre el presupuesto garantizaría los recursos del gobierno e incluiría disposiciones para la reducción del déficit que impedirían otra ronda de maniobras arriesgadas que amenacen con otra suspensión de pagos dentro de tres meses.
El diálogo comienza
Los líderes de los comités para el presupuesto de la Asamblea y el Senado sostuvieron el jueves una reunión simbólica para iniciar el diálogo.
En su declaración a la prensa del jueves, Obama repitió el llamado al Congreso a asumir “una postura equilibrada” respecto a un presupuesto para el resto del año fiscal, en el que se “eliminen las cosas que no necesitamos”, “se colmen las lagunas en las leyes fiscales empresariales que no generan empleos” y que “liberen los recursos para aplicarlos a las cosas que ayudan al país a crecer”, como la investigación y la infraestructura.
También dijo que el Congreso debería aprobar las reformas inmigratorias que propuso el Senado y terminar la propuesta de ley agrícola que quedó atrapada en las luchas partidistas.
El vocero de la Casa Blanca, Jay Carney, dijo que el voto que se celebró en la Asamblea el miércoles para aprobar el acuerdo sobre el presupuesto y el techo de la deuda demostró que existe la posibilidad de un gobierno bipartidista, ya que la minoría demócrata encontró el respaldo de suficientes republicanos como para superar el mínimo de 217 votos que se necesitaban.
Sin embargo, eso solo se logró tras ejercer una enorme presión sobre los republicanos de la Asamblea luego de que el Senado y el presidente rechazaran su propuesta de condicionar ciertas disposiciones a la eliminación de los recursos para Obamacare.
El portavoz de John Boehner, presidente de la Asamblea de Representantes, dijo que el republicano de Ohio buscaba la implementación de un proceso “paso a paso” para abordar el tema de la inmigración, que en Washington se entendió como un rechazo al proceso integral de Obama que ofrecería una vía hacia un estatus legal para los inmigrantes que viven ilegalmente en el país.
Los conservadores dicen que eso es una amnistía y un asistente del partido republicano dijo a CNN que “es casi seguro que la actitud del presidente y sus actos de las últimas semanas hayan enturbiado las aguas para la inmigración, al menos por ahora”.
El expresidente de la Asamblea, Newt Gingrich, predice que el Partido del Té y los conservadores duros del partido republicano tendrán mayor impulso al no haber logrado las reformas a Obamacare que pretendían.
“Estarán más amargados, más furiosos. Buscarán más formas de atacar a Obama porque no pueden encontrar la forma de que negocie”, dijo. Agregó que espera que Obamacare se vuelva el tema definitivo en los dos próximos ciclos electorales.
Con información de Brianna Keilar, Deirdre Walsh, Dana Bash, Erin McPike, Steve Brusk, Eliott C. McLaughlin, Paul Steinhauser, Ashley Killough, Craig Broffman, Jim Acosta, Mark Preston, Dan Merica y Lisa Desjardins.