Por Shasta Darlington y Catherine E. Shoichet
(CNN) — Joao Rodrigo Silva Santos no llegó a casa este lunes por la noche. A la mañana siguiente, cuando la esposa del exfutbolista profesional abrió la puerta de su casa para ir a trabajar encontró su cabeza en el suelo.
La cabeza estaba dentro de un paquete, de acuerdo con la policía. Los ojos y la lengua de Santos habían sido extraídos, según los reportes de medios.
Ahora la policía de Río de Janeiro investiga el asesinato; no saben quién está detrás del hecho.
Santos, de 35 años, fue un delantero en la mayoría de los equipos de segunda división en Río de Janeiro, donde jugó antes de retirarse y abrir una tienda de alimentos.
Su asesinato ocurre cuando los aficionados del futbol tienen sus ojos puestos en Brasil, donde se celebrará la Copa del Mundo 2014.
El país anunció este año que invertiría 900 millones de dólares en seguridad para que la competencia sea “uno de los eventos más protegidos de la historia”.
El órganismo regulador del futbol internacional, la FIFA, ha expresado sus preocupaciones sobre el incremento en los índices criminales, particularmente en Sao Paulo.
Un oficial de policía dijo al diario O Globo que las autoridades están investigando si una reciente actualización en la página de Facebook de la página de Santos podría estar vinculada con el crimen. La actualización mostraba imágenes de vigilancia y pedía ayuda para encontrar a unos ladrones.
La policía planea comprar las imágenes tomadas el lunes en la noche en la tienda, informó el jefe de investigaciones de homicidios, Rafael Rangel.
El exjugador fue visto por última vez el lunes en la noche cuando dos sospechosos entraron a su vehículo, reportó TV Record, afiliada de CNN.
El miércoles en la mañana, la policía dijo que encontró partes del cuerpo de un hombre en un río en las afueras de la ciudad y que estaba haciendo pruebas de ADN para confirmar si eran de Santos, según TV Record.
Las autoridades han interrogado a 10 testigos en relación al caso, de acuerdo con la policía.
Según medios locales, la esposa de Santos, Geisa Silva, trabajó para la policía en una de sus barriadas, pero como trabajadora social que daba lecciones de natación, no como policía. Ella le dijo a los investigadores que no sabía de amenazas contra su esposo.
Familiares y amigos de Santos dijeron a O Globo que no tenía enemigos y que no sabían qué pudo haber motivado el ataque.
Santos comenzó su carrera como futbolista cuando tenía 16 años, y jugó con varios clubs, entre ellos el Bangu (1996-2005), según su biografía disponible en un sitio no oficial del club. En 1998 jugó para el Olimpia, de Honduras, y en el 2003 jugó con el Oster, de Suecia. El sitio llama a Santos un “héroe humilde”.
Según FutRio.net, Santos dejó el campo a principios del año para enfocarse en su negocio. El sitio reportó que los jugadores del Río de Janeiro dedicaron un minuto de silencio por él.