(CNN) – Después de siglos de estar enterrado bajo el Vaticano, y décadas oculto dentro de la Santa Sede, los huesos de un hombre que desde hace mucho tiempo se cree fue San Pedro, uno de los padres fundadores de la iglesia cristiana, serán puestos en exhibición por primera vez.

Los controversiales restos serán revelados al público el domingo en una misa en la Plaza San Pedro; esto marcará el final del “Año de la Fe” de la iglesia católica.

En el L’Osservatore Romano, el periódico semioficial del Vaticano, el arzobispo Rino Fisichella expresó que “las reliquias que la tradición reconoce como las del apóstol que dio su vida por el Señor” serán exhibidas como parte del servicio.

L’Osservatore Romano informa que 8,5 millones de peregrinos han venerado las reliquias durante el transcurso del año.

Sin embargo, la pregunta es si los huesos, normalmente guardados en la capilla privada del apartamento del Papa en el Vaticano, realmente son los de San Pedro, el pescador convertido en discípulo, y quien llegó a ser el primer papa.

La tradición dice que San Pedro fue martirizado —al ser crucificado, cabeza abajo— en Roma en el año 64 A.D., antes de ser enterrado en la ciudad.

En su libro “The Vatican Diaries” (Los diarios del Vaticano), John Thavis escribió que   “La tumba de San Pedro en el cementerio de la Colina Vaticana se convirtió en un popular sitio de peregrinación”. Esto llevó al emperador Constantino a construir una basílica en su honor en el siglo IV.

Los restos, los cuales serán revelados el domingo, están entre aquellos descubiertos durante una excavación arqueológica que empezó en el sitio en 1939; en 1968, el entonces papa, Pablo VI, declaró que habían sido identificados “en una manera que creemos convincente”.

Sin embargo, como no hay ADN para probar su identidad de manera concluyente, es probable que la inquietud de si los restos son, o no, los de San Pedro, siga siendo un eterno misterio.

John Allen, analista del Vaticano para CNN, dice que al igual que mucho de aquello relacionado a la religión, la creencia de que los huesos son los del discípulo, recae en la fe.

“Al igual que otras reliquias famosas, como el Sudario de Turín o el Cinturón de María, ellas provocan admiración y devoción sin importar su procedencia real”, escribe Allen en una columna de opinión para CNN. “La fe, como la Biblia lo dice, radica en “la convicción de lo que no se ve”.