Por William Lee Adams

(CNN) — ¿Las cosas se ven un poco curvas para ti?

Desde el “Gherkin” de Londres hasta las Torres “Marilyn Monroe” en Ontario, si una serie de nuevas propuestas de edificios destacados son la señal de una tendencia, las cosas se van a poner mucho más curvas.

La semana pasada, Zaha Hadid reveló su diseño para el estadio de fútbol del Mundial 2022 en Qatar. Inspirada en el dhow, una embarcación de pesca tradicional catarí, su sensual techo se curva y dobla, como una vela náutica libre en el viento.

También el consejo de la ciudad de Cupertino, en California, Estados Unidos, aprobó el Apple Campus 2, una nueva sede masiva del gigante de los gadgets, diseñada por el arquitecto estrella Norman Foster. El edificio tiene forma orbital exterior de vidrio, lo que le da un aspecto de nave espacial brillante que hubiera aterrizado delicadamente sobre los campos de California.

Y estos son solo dos ejemplos de una larga lista de proyectos con características curvas, sinuosas y torcidas.

Naturaleza vs educación

Es tentador pensar que esta ola de edificios ondulados refleja simplemente una moda, pero en un creciente cuerpo de investigación se sugiere que el cerebro humano podría estar programado para tener una fuerte preferencia por las formas curvas.

Durante al menos un siglo, los psicólogos han investigado si respondemos a las curvas más positivamente que a las rectas.

“Las curvas en general se sienten como más hermosas que las líneas rectas”, dijo la psicóloga Kate Gordon en 1909. “Son más elegantes y flexibles, y evitan la dureza de algunas líneas rectas”.

Más de un siglo después, un psicólogo en la Universidad de Toronto pone esta conjetura a prueba.

Oshin Vartanian y sus colegas pusieron a sus sujetos de estudio en una máquina de escaneo cerebral y les mostraron cientos de diseños de interiores: algunos curvos, algunos angulares. Después tenían la opción de describir cada habitación como “hermosa” o “no hermosa”.

Los participantes preferían por mucho los espacios interiores con mesas de centro curvas, sofás serpenteantes y patrones sinuosos en el piso, en contraste con las habitaciones con muebles angulares y diseño rectilíneo.

Pero aquí está la parte realmente interesante: los escáneres cerebrales mostraron que los diseños curvos provocaban explosiones de actividad en el cortex del cínculo anterior, una región del cerebro que participa en las experiencias emocionales. Las esquinas agudas y líneas perpendiculares no estimularon esta área.

En otras palabras, parece que nuestros circuitos cerebrales vienen programados con un vínculo emocional con las formas redondas.

¿Por qué?

Paul Silvia, un profesor de Psicología en la Universidad de Carolina del Norte en Greensboro, Estados Unidos, cree que una respuesta positiva a las curvas puede surgir de nuestra relación con ambientes naturales.

“Los edificios curvos pueden apuntar a la naturaleza, mientras que los edificios angulares contrastan con esta (…) En lugar de mezclarse en el ambiente o evocar temas naturales, se mantienen apartados de esto al utilizar una de las pocas formas que nunca ves en la naturaleza: una caja perfecta”.

“Los objetos curvos y redondos son mucho más familiares, por lo que parecen más naturales y ‘correctos’”, dice.

Por otro lado, los objetos angulares pueden parecer decididamente incorrectos. En una investigación de la Escuela de Medicina de Harvard se encontró que la amígdala (el centro de miedo del cerebro), está significativamente más activa cuando las personas ven objetos angulares, como un sofá con esquinas puntiagudas o un reloj cuadrado, que cuando ven alternativas más curvas.

Reglas de atracción

El diseño del estadio de futbol de Hadid, en Qatar, fue comparado con una vagina, una descripción de la que los arquitectos se distanciaron. Pero Stephen Bayley, un crítico británico de arquitectura y exdirector ejecutivo del Museo de Diseño de Londres, está convencido de que hay un elemento sexual en nuestra respuesta a las curvas.

“Por razones ocultas en los cimientos de la arquitectura cerebral, una curva, debido a que sugiere calidez, bienestar y armonía, toca una parte más profunda de la psique que un paralelogramo”, dice. “Quizá esto se deba a que los senos de una mujer generalmente no tienen un ángulo recto”.

El instinto de apreciar las curvas puede ser innato, pero eso no significa que los arquitectos lo seguirán indefinidamente. Las modas tienden a caer en desgracia, solo para resurgir años después.

“En este momento histórico las curvas tienen un alto rating de aprobación”, dice Bayley. “Pero, como la regla de gusto sugiere, eso cambiará pronto de nuevo”.