Por Elizabeth Kuster, upwave.com
(upwave) – Si le preguntas a la persona promedio cuáles son las causas de la obesidad, probablemente obtendrás una de estas respuestas básicas (o alguna versión parecida):
1. “¡Comer demasiado!”
2. “¡No hacer suficiente ejercicio!”
3. “¡Son los genes!”
Vale, seguro. Parece lógico. Pero mientras cada una de esas respuestas puede ser precisa a su manera, hay otros factores más sorprendentes que también se han relacionado a la obesidad. No hay una único factor que cause la obesidad, y a menudo es difícil probar una relación directa de causa y efecto. Pero estos aspectos solapados, como ladrones, podrían privar a tu familia de la buena salud:
La contaminación del aire. No sólo daña tus pulmones: Un estudio realizado en 2012 encontró que la exposición prenatal a altos niveles de hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) en el aire hacía a los niños dos veces más propensos a ser obesos a la edad de 7 años.
¿Qué puedes hacer? Si estás embarazada, en la medida de lo posible, mantente alejada del tubo de escape de los autos, los cigarrillos, las chimeneas y las parrilladas. Para más información sobre los HAP, haz clic aquí.
Altitud. Mientras más cerca vivas al nivel del mar, probablemente serás más pesado, según concluyó un estudio publicado en la revista International Journal of Obesity. De hecho, las personas que vivían a altitudes menores a los 1640 pies (499 metros) tenían 5,1 veces más probabilidades de ser obesos que las personas que vivían a altitudes por encima de los 9.843 pies (3.000 metros). Los investigadores controlaron factores como la dieta, el estado físico, la temperatura, etc. Ellos consideran que el “aumento en la demanda metabólica” por vivir a altitudes elevadas puede estar detrás del fenómeno.
¿Qué puedes hacer? Si vives en un área cercana al nivel del mar, no hay mucho que puedas hacer para cambiar tu altitud (a no ser que te quieras mudar a las montañas), pero… ¿por qué no vas a esquiar en tus vacaciones? ¡No podría perjudicarte!
Los antibióticos. Según un estudio realizado en 2012, existe una correlación entre la obesidad y el uso temprano de antibioticos en los niños. Un estudio con ratones registró resultados similares. Los investigadores creen que podría deberse a la forma en que los antibioticos cambian la bacteria intestinal (más información abajo).
¿Qué puedes hacer? Habla con un médico antes de darle antibióticos a los niños, o incluso antes de que tú mismo los tomes. Discute las maneras en las que puedes normalizar tu bacteria intestinal mientras estás tomando antibióticos.
BPA. Un estudio realizado en 2013 encontró que en los niños con altos niveles de BPA (Bisfenol A) habían incrementado las probabilidades de obesidad, e investigaciones anteriores han encontrado que lo mismo aplica para los adultos.
¿Qué puedes hacer? Fácil: Limita tu exposición a artículos que contienen BPA, y eso significa que ni siquiera debes tocarlos, ya que el BPA se absorbe fácilmente a través de la piel. Para obtener una lista de artículos comunes que contienen BPA, haz clic aquí. Además, ten cuidado de comprar botellas y vasos con piquito en ventas de garaje y tiendas a consignación, ya que podrían no estar actualizadas respecto a la prohibición que la Agencia de Alimentos y Medicamentos hizo en 2012 del BPA en esos productos.
Dependencia del auto. Como lo señala un estudio realizado en 2012, conducir es un comportamiento sedentario. Mientras más sedentario eres, mayor es el riesgo que tienes de ser obeso.
¿Qué puedes hacer? Si tu destino se encuentra a cinco cuadras o menos, camina. Aún si tu viaje diario al trabajo es largo, puedes caminar parte del camino.
Ensaladas de los restaurantes de comida rápida. Se ha encontrado que las ensaladas de varias cadenas de restaurantes de comida rápida contienen 1.200 calorías o más, entre ellas algunas ensaladas que contienen pollo a la parrilla, lo cual suena bueno para tu salud. Como resultado, los clientes consumen muchas más calorías de lo que creen, y más calorías equivale a un posible aumento de peso.
¿Qué puedes hacer? Supera la idea de que la palabra “ensalada” automáticamente significa “saludable”.
Bacterias intestinales. Las investigaciones han descubierto que las personas cuyos intestinos carecen de “diversidad microbiana” tienen mayor riesgo de aumentar de peso. Traducción: Mientras más tipos de bacterias tengas en tu intestino, mas bajo será tu riesgo de obesidad.
¿Qué puedes hacer? Investiga un poco sobre los probióticos, y piensa en las maneras en que puedes incluirlos en tu dieta regular. (¿Alguien quiere kéfir?)
Falta de sueño. Según un estudio realizado en 2013, publicado en Nature, la falta de sueño nos motiva a comer y afecta nuestra capacidad de tomar buenas decisiones respecto a lo que comemos. Esta combinación fácilmente contribuye a la obesidad.
¿Qué puedes hacer? Llueva, truene o relampaguee, duerme las ocho horas.