Por Elizabeth Landau
(CNN) – Tengo cientos de fotos de mi reciente viaje a Europa, divididas entre un teléfono inteligente y una cámara grande. Muchas son fotografías de lo mismo; mi intento por obtener la iluminación perfecta de una fuente o una catedral, por ejemplo. Así tendré estas escenas siempre disponibles para el recuerdo.
De manera que me interesó leer un nuevo estudio publicado en la revista Psychological Science, el cual sugiere que el acto de tomar fotografías en realidad puede disminuir lo que recordamos acerca de los objetos que han sido fotografiados.
“La gente sólo saca sus cámaras”, dice Linda Henkel, la autora del estudio, investigadora en el departamento de psicología en la Universidad de Fairfield en Connecticut. “Simplemente no le prestan atención a lo que están viendo, como si la forma de capturar la imagen fuera más importante que estar allí en realidad”.
Al mismo tiempo, encontró que los acercamientos a los objetos ayudan a preservar el recuerdo que las personas tienen de ellos, más allá de los detalles sobre los cuales ampliaron la imagen.
El padre de Henkel es fotógrafo, así que ella ha estado areglando fotos y tomando fotos toda su vida. Quiso saber si fotografiar objetos tendría un impacto en los recuerdos de las personas de lo que vieron en un museo.
Este estudio se basó en una pequeña muestra: 27 estudiantes universitarios participaron en la primera parte y 46, en la segunda. Ambos grupos estaban compuestos por mujeres en su mayoría. Para reforzar los resultados, esta investigación tendría que llevarse a cabo nuevamente con un grupo mayor de personas y con una proporción de sexo más balanceada, sin mencionar un criterio más amplio de características demográficas, como la edad.
Pero éste es un comienzo muy interesante. Resalta el hecho de que hay diferentes formas en las que el cerebro procesa información: en un nivel automático, al tomar fotografías, y en un nivel mas significativo, al enfocarse en un objeto específico o en algo que pueda ser asociado a nivel personal, indicó Paul D. Nussbaum, neuropsicólogo clínico en la escuela de Medicina de la Universidad de Pittsburgh.
Es ese nivel más profundo lo que permite que se formen los recuerdos, expresó Nussbaum en un correo electrónico.
“Cuanto más involucramos a nuestro cerebro en el procesamiento de un estímulo y cuanto más personal sea el procesamiento, entonces la formación de la memoria y los recuerdos será más sólida”, dijo.
¿Las fotografías afectan la memoria?
Para el primer experimento, los participantes se dirigieron al museo de arte de Bellarmine. Un tercio de ellos nunca antes había estado en el museo. Observaron 30 objetos, cosas como pinturas, esculturas, joyas y cerámica.
A un grupo de estudiantes se le pidió que leyera el nombre de cada objeto en voz alta, lo vieran durante 20 segundos y luego, le tomaran una fotografía. Los otros participantes observaron un objeto por 30 segundos sin fotografiarlo.
Al dia siguiente, se le solicitó a los participantes que escribieran los nombres de todos los objetos que recordaran haber visto en el museo, y que indicaran cuáles habían fotografiado. Pudieron describir los objetos cuyos nombres no recordaban.
Luego, obtuvieron un lista de 30 objetos y se les pidió que indicaran cuáles habían visto, cuáles habían fotografiado y cuáles no fueron parte del recorrido. También respondieron preguntas sobre detalles de los objetos y completaron una prueba de reconocimiento fotográfico de objetos que podían o no haber visto.
Henkel encontró que las personas tuvieron un rendimiento más bajo en las tareas de reconocimiento de memoria referentes a los objetos que habían fotografiado, en comparación con los objetos que habían observado sólo con sus ojos. Asimismo, parecían recordar pocos detalles acerca de lo que habían fotografiado, en comparación con los objetos que sólo habían visto.
“Cuando nos distraemos y dependemos de la cámara para que recuerde por nosotros, no recordamos muchos objetos”, comentó. “No recordamos tantos detalles sobre ellos”.
Los acercamientos protegen la memoria
El segundo experimento le dio a los participantes 25 segundos para ver cada objeto, además de tiempo extra para fotografiarlo si se les solicitaba hacerlo. Esto implicó que tenían más tiempo con los objetos que tenían que fotografiar. A algunos también se les solicitó hacer acercamientos en partes específicas de los objetos.
Al día siguiente, era el momento de probar su memoria: Los participantes debían indicar, entre una lista de nombres de objetos de arte, cuáles formaban parte de los que habian visto en el recorrido.
De los objetos que recordaron, se les pidió que dijeran si los habían fotografiado o si sólo los habían visto. También debían responder dos preguntas sobre los aspectos visuales del objeto.
Henkel encontró una efecto similar al observado en el primer experimento: La tendencia era que los objetos fotografiados estaban asociados con un deterioro en el recuerdo que tenían de ellos.
Pero esto es lo curioso: Hacer acercamientos en una parte específica de los objetos preservaba el recuerdo que los participantes tenían del objeto completo, no sólo de la parte en la que se hizo el acercamiento con la cámara. Con la precisión ocurrió lo mismo, independientemente de si los participantes sólo observaron los objetos, o hicieron un acercamiento fotográfico a una parte concreta del mismo.
Henkel explica que cuando haces un acercamiento a una parte del objeto, tu atención visual es atraída hacia esa parte, pero también estás pensando en el objeto como un todo.
“Así que, lo que tus ojos están haciendo, lo que la cámara está haciendo, no es lo mismo que lo que tu cerebro está haciendo”, dijo Henkel.
En otras palabras, cuando inviertes más y atención en hacer el acercamiento fotográfico, probablemente recordarás aspectos del objeto de igual forma como si lo hubieras observado sin una cámara.
Ve más alla
Bien, quizá es un poco más complicado que simplemente “tomar fotos es malo para tu memoria”. Esa es una buena noticia, ya que la gente tomó mas de 3.000 millones de fotos en 2012, según un cálculo mencionado en el estudio, y los usuarios suben 300 millones de fotos a Facebook diariamente.
Aún asi, dice Nussbaum, “a veces me pregunto cuánto podemos estar perdiendo al confiar tanto en instrumentos tecnológicos en lugar de usar nuestro cerebro”.
Henkel señala que la llegada de la fotografía digital ha sobrepasado las tradiciones de antaño de revelar fotos, hacer álbumes, y sentarte con tu familia a verlas. Eso suena un poco como usar un mapa de papel.
Pero quizá esas actividades relacionadas a fotografías que nos hacen tomarnos el tiempo de rememorar, en realidad mejoran nuestros recuerdos de las experiencias que tan diligentemente hemos tratado de fotografiar.
“Si vamos a depender de ese aparato de memoria externa de la cámara para que recuerde por nosotros, tenemos que dar un paso más y observarlo”, dice Henkel.
Ten esto en mente durante estas fiestas cuando tomes cientos de fotografías con tus familiares y amigos.
Vale la pena revisar esto.